De nuevo, butifarra amb mongetes

Y empezamos otra vez. Se nota que llegan las elecciones y hay que cargar la escopeta. Todo vale. Doña Espe-Rancia y su marioneta Soriano, a la sazón director de Telemadrid, han comenzado la campaña. Hay que ir creando ambiente y el momento empieza a ser propicio.

Ya lo han probado y creen que no les ha ido mal. Entienden que la catalanofobia les da sus réditos. Basta con brindar después con una copa de cava, negar las evidencias y tan campantes. En esto, en el PP hay grandes maestros, el mismo Rajoy junto a sus manos, las dos derechas, Zaplana y Acebes, apoyados por el “amigo” de Hugo y por la presidenta de la Comunidad, fueron artífices de una campaña anticatalana que dio sus frutos fuera de esa autonomía. Todos recordamos el boicot a los productos catalanes.

Se trata de crear una verdad universal desde una mentira mediática, tal que se desprestigie a una comunidad autónoma para que de esa forma se la pueda denostar hasta hacerla la principal causa de nuestros males (p.e.: “Todos los vascos son independentistas y apoyan a ETA” o “Es imposible hablar castellano en Cataluña, pues te obligan a hacerlo en catalán”) Justo la misma técnica que utilizó Hitler con los judíos.

Los objetivos del PP son dos, uno, tratar de tapar las propias debilidades en esos territorios y otro, más vil, ganar votos en el resto del Estado, a costa de perder algunos donde ya tenía pocos.

Pues ahí está la generala Aguirre y su Telemadrid con la última manipulación. Se trata de una dura crítica de Joan Laporta, presidente del Barcelona, con motivo del uso que se hace por parte de las selecciones nacionales de los jugadores de club. Este buen hombre hizo las declaraciones en castellano y en catalán. Todas las televisiones, fuera del territorio catalán, las reprodujeron en castellano. Todas menos uno, Telemadrid, que las sacó en catalán con doblaje al castellano.

¿Qué necesidad tenía cuando estaban en castellano? ¿Por qué lo hicieron de esta forma? La solución en la primera parte de este artículo.

Lo que lamentaríamos muchos madrileños es que esta deplorable actitud pueda crear una impresión de que en Madrid todos somos anticatalanes. Pues no, hay muchos de nosotros que no sólo no sentimos ningún tipo de animadversión contra los catalanes, sino que además, cuando ocurren cosas como ésta, las celebramos con unas buenas butifarra amb mongetes regadas por un buen cava de San Sadurní. Y a Espe y cía. que les vayan botando.

Os dejo con una parodia de Polonia sobre el castellano en Cataluña. Divertida como todas las suyas.



Salud y República