10 septiembre 2007

Ejército e Iglesia: poderes fácticos que quieren seguir en primera línea

Me entero de dos noticias distintas que sin embargo tienen una concomitancia entre sí. Dos poderes fácticos que están perdiendo poder y no lo quieren abandonar ni de coña.

Por un lado, la AME (Asociación de Militares Españoles) quiere que vuelva el servicio militar obligatorio, además también para las mujeres. Por otro lado, Ratzinger dice que los domingos no hay que dedicarlos al ocio sino a Dios .

Son signos inequívocos de que están perdiendo poder. Los militares en España se encuentran ocupando un lugar secundario, cosa que a algunos no les gusta, y, además, despojados de sus siervos y criados (todos los que hemos hecho la mili sabemos la cantidad de conductores, asistentes y demás personal que se ahorraban los oficiales, jefes y generales en su propio beneficio). Sin duda, para ellos, significa un descenso en la calidad de vida. ¿Quién les repara el coche o el grifo cuando se les estropea? ¿Quién les regará el jardín o les hará los recados? Naturalmente eso no lo pueden hacer los soldados profesionales. Y si encima fueran las mujeres también al servicio militar, miel sobre hojuelas. Además, cada vez son menos los que optan por esa profesión, siendo muy importante el cupo que cubren los emigrantes (que para muchos militares no pueden ser “patriotas”, teniendo otra nacionalidad).

En cuanto a la Iglesia, en el llamado primer mundo, los datos son claros, a pesar de que mantienen una cuota de poder importante, se tiende hacia una sociedad laica y cada día son menos las ceremonias religiosas y los interesados en sus ritos. También es importante la disminución que ha habido en el número de seminaristas. Cuanto menos fe, menos poder. De ahí la preocupación del Papa, que ve como se le viene, poco a poco, abajo el chiringuito.

Ambas instituciones están de capa caída pero quieren recuperar sus antiguas posiciones. Lo tienen mal porque afortunadamente ni el Ejército ni la Iglesia en una sociedad democrática pueden jugar el vil papel que jugaron en otros tiempos (sobre todo en España: nacionalcatolicismo), de ahí su preocupación y deseos de cambios reaccionarios y si pudiera ser con carácter retroactivo.

Salud y República

13 comentarios:

Anónimo dijo...

El ejercito profesional, salvo excepciones, ha sido la salida para quienes no encontraban otro medio de ganarse la vida, pero cuando la cosas se ponen feas y empieza a haber accidentes laborales incluso de muerte, pues esa opción se hace peligrosa y por tanto no es apetecible. Esa aureola de las misiones humanitarias en el panorama actual no es ya plato de buen gusto y por tanto es lógico que la demanda de esos puestos sea cada vez menor, y de ahí no solo la posición de la AME, que me parece escalofriante, porque entre otras cosas tres meses en un cuartel solo representa una perdida de tiempo para los jóvenes a los que se les obligue, sino también la actitud del Gobierno que pretender vender a la juventud a través de anuncios en los medios de comunicación la bondades del ejercito profesional. De todas formas yo soy optimista con respecto a esas propuestas. Nuestros jóvenes por suerte no son idiotas y el ejercito será cada una organización mas minoritario y con menos apoyo.
Y con respecto a la iglesia, que quieres que te diga, Rafa, sino que tienen lo merecido. Es normar la cada mayor lejanía de la sociedad con respecto a esa institución llena de corrupciones, delincuencia sexual, negocio ilícitos, hipocresía permanente, y un largo etcétera. Y encima echan fuera de ella a quienes se sitúan del lado de los desfavorecidos. Lo raro es que aun supervivan.
Por cierto el para debería leer de nuevo el Genesis, por que según ese libro: “al séptimo día dios descansó”, luego a que viene la pretensión de dedicar el domingo a otra actividad.
Salud, Republica y Socialismo,

Atril De Sastre dijo...

El chollazo, sobre todo a la Iglesia, se le acaba en España. Yo me planteo, viendo la egnte que va a misa los domingos hoy... ¿quién irá dentro de 30 años?... Ya veo como tendrán que ir "chapando" Iglesias por eso de que no las amortizan.

Lo del Ejército no me parece ni medio preocupante, de hecho al leerlo,¿quién no se ha reído? Parece una coña. Algún coronel desfasado que no tenía nada mejor que hacer este fin de semana y se ha dicho "¡pues ala voy a decir que vuelva la mili pero esta vez hasta con gachises!"...

Salud y República

RGAlmazán dijo...

Antonio, está bien sacado lo de "al séptimo día descansó". Se ve que Dios sí y a saber lo que curra el papa, pero los demás que se jodan y cumplan el domingo.

Sastre, la verdad es que no es preocupante ni lo de la Iglesia ni lo del Ejército. Me parecen dos veleidades de estos chicos. Sólo pretendía marcar la distancia que existe entre ello y la sociedad.

Salud y República

CSA dijo...

Espero que empiece una nueva era para España o lo que esperemos que sea en el futuro la República de España.

La Iglesia se intenta, con las ONG's que crean para dar la buena cara y hacer como si hicieran algo bueno, agarrar como puede a lo que se le avecina.

El ejército creo que debería de tener asumido (al igual que la guardia civil) de que se le acaba el chollo que tenían en época de Franky (Franco para los amigos).

Espero que se vaya acabando todos estos mandamientos tan absurdos...

Naveganterojo dijo...

Imagino que la AME es una asociacion de vejetes adeptos al antiguo regimen, y por tanto en vias de extincion,y lo del papa... pues que quieres que te diga,otro ancianito,caduco,y que echa de menos los años 40.
Salud,republica y laicismo

Súmmum dijo...

Que vuelva la mili, es un sinsentido.

Y Ratzinger habla fundamentalmente para los católicos, y somos éstos quienes debemos pensar hasta qué punto seguir ese tipo de consejos, pues la fe de cada uno y cómo se lleve, escapa al mismísimo Ratzinger.

A los no creyentes de cualquier religión, todo les choca mucho.

Raúl Pleguezuelo dijo...

Los militares hay que mantenerlos al servicio del pueblo soberano, como están haciendo hasta ahora.
Al clero hay que relegarlo al interior de los templos, que es su sitio.
Salud.

June Fernández dijo...

Lo que tú dices: es una pataleta porque están perdiendo poder y no pueden soportarlo. No sé si eres lector de Migramundo. Hizo una estupenda entrada sobre cómo la Iglesia cumple cada uno de los siete pecados capitales (envidia, codicia...). Os la recomiendo.

Antonio Piera dijo...

En esto llegó Rajoy y prometió darle a España un gobierno como Dios manda. Presenciad, hermanos, cómo el PP se agarra al fundamentalismo de la Conferencia Episcopal, se quita a Gallardón de encima y le dice a rato que hay cincuenta como él. Aznar quiere volveeer.

Javier Guzmán Romero dijo...

es que parece un chiste, servicio militar obligatorio... yo de pequeño lloraba cuando mis padres me decían que iba a entrar en la mili jajaja no podrán instaurar eso de nuevo... es que es de chiste a estas alturas proponer algo así.
me ha gustado mucho la entrada!
un abrazo

Anónimo dijo...

Claro, hay que tener a la tropa entrenada para contar con suficientes efectivos por si vuelven a invadir la isla de Perejil. Y en paz con dios, no sea que se pete el infierno de bravos españoles.
Es lo que tú has escrito. Si no hay casi nadie para obedecer ¿a quién narices pueden mandar?

AF dijo...

Bien sacado, don Rafael, poco tengo que añadir, salvo una pregunta: ¿es usted alguno de los de la foto?. Si la respuesta es "sí", aventuro que es usted el del medio.

Blanca dijo...

En Oviedo hay un hermosísimo seminario, edificio enorme y muy bonito, que en sus tiempos estaba lleno de seminaristas. Pues bien, yo viví en esa ciudad más de 30 años y en ese tiempo los seminaristas eran tres, cinco, dos, dependiendo... la falta de vocaciones es evidente, la razón debería ser diáfana, seguro que la Iglesia la sabe igual que yo...

La milicia... otro tanto. Y éso que las labores que hace el ejército en tiempos de paz suelen ser encomiables... pero habría que preguntarse si a algún muchacho/a les gusta ir a Afganistán... o si lo de Irak les molaba... que se lo pregunten a las miles de familias americanas que han perdido a un hijo (o varios) en esa guerra absurda y cruel montada por sus dirigentes.