A pesar de haberme acostado un poco tarde, da igual, a las siete mi cuerpo me despierta. Mi cuerpo y mi gata Misha que no ha entendido lo del año nuevo. Pongo la radio y preparo el café para Lola y para mí. Misha espera ansiosa que le llene su plato con el pienso. Me siento un poco pesado, anoche la cena fue abundante, aunque apenas bebí.
A la una y media se habían marchado casi todos --eramos quince--, quedaron Fale y Vane que han dormido en casa. Oigo el informativo de la SER y comenta casi exactamente lo mismo que ayer. A lo mejor, esperaba novedades con lo del año nuevo. Pues nada: el desescombro de Barajas, las declaraciones políticas de unos y otros, la guerra de Somalia y la entrada de Bulgaria y Rumania en la Unión Europea. Todo absolutamente previsible.
Me pregunto ¿en qué ha cambiado este año? No sé, pero lo que no noto son los indicios de un año nuevo. Parece un día normal de cualquier año. Busco novedades y pongo la tele. ¡Menos mal! están los saltos de esquí.
Ahora sí, hoy es año nuevo. Pues nada, lo de ayer. Feliz 2007 y SALUD y REPÚBLICA.
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