07 septiembre 2008

La literatura como terapia de la política (XLIX)

La obra de la semana pasada era Réquiem para un campesino español de Ramón J. Sender. Lo acertó Augusta, que ha vuelto de sus vacaciones con las pilas cargadas.

Sender, de familia acomodada, nunca se adaptó a vivir bajo el yugo autoritario de su padre. Primero, estudió fuera de su casa y cuando terminó el bachillerato se marchó a Madrid, donde pasó penalidades antes que depender de su progenitor.requiem Al ser menor de edad el padre le vino a buscar a Madrid y se lo llevó a Huesca, donde ejerció como director de un periódico. Más tarde hizo la guerra de Marruecos. La guerra civil le pilló en Segovia. Se unió a los republicanos y los rebeldes mataron a su mujer como represalia. Posteriormente pasó a Francia, para después ir a México y terminar en EE.UU., donde pasó el resto de su vida.

Requiem para un campesino español, es una de sus novelas más logradas, en un principio se publicó en México como Mosén Millan, nombre que da vida al personaje principal de la novela. Lo más importante de la novela es el trasfondo de la misma, la pátina: el ambiente que se vivía, sobre todo en zonas rurales, durante la guerra civil. Una obra maestra en muy pocas páginas.

Y ahora vamos con la muestra de esta semana:

El teniente de navío aprobaría su bachillerato en el año treinta y libros 25cuatro. Decíase de él que antes de alistarse voluntariamente en la Marina había estudiado algo de teología y de filología germánica. No puedo menos que decir que su mirada era fogosa. El pelo espeso, rígidamente crespo acaso, daba a su cabeza un aire de antiguo romano. No llevaba la barba típica de los comandantes de submarino, pero las cejas le sobresalían a manera de tejado. Su frente, mitad de pensador y mitad de soñador, carecía de arrugas transversales, pero ostentaba, en cambio dos rectas verticales que le arrancaban de lo alto de la nariz, en constante búsqueda de Dios. Reflejos luminosos en el punto extremo de una bóveda audaz. Fina y aguda la nariz. La boca, que abrió para nosotros, tenía esa curva delicada típica del orador.

Pues eso, a acertar que es lo que toca.

Salud y República

1ª Pista 22:30h.: Es hombre, europeo y está vivo. Premio Nobel.

5 comentarios:

Augusta II dijo...

A ver, a ver, qué horas de llegar. Es que joder, padre, es difícil pensar con el cocido aún sin digerir.

O viene Adanero, Freia o alguien que no sea yo, o no tengo ni pajolera idea de esto.

Veamos y recapitulemos...

Contado en primera persona.
Descripción física de un teniente de navío que estudió en el treinta y cuatro y menciona la palabra submarino, así que supongo yo que transcurre durante la 2ª guerra mundial.
El personaje compara el rostro del teniente con un comandante de submarino, con lo cual debe haber visto a más de uno, pero claro, en España no había submarino y no participó en esa guerra.
Aun así pienso que el escritor puede ser español.

No lo sé, mire usted, que venga otro y ayude, coñe.

Salu2!

Augusta II dijo...

Seguroo que no he dao ni una pero al menos lo intento. ¿¡Dónde está todo el mundo, leches!?
Arrrrrggghhh

Voy a acabar un cuadro que si no tardaré otro mes más en colgar entrada.

Bechos!

fritus dijo...

buenas noches, jefe..aún a riesgo de hacer el rídiculo..que no sería la primera vez...Gunther Grass" a paso de cangrejo", o quizás otra....un abrazo

RGAlmazán dijo...

Buenas noches, D. Fritus, no hace usted el ridículo, sino que acierta el autor. Efectivamente es Günter Grass. No es A paso de cangrejo. Es otra más antigua, de allá por los sesenta.

Salud y República

Augusta II dijo...

¡Bien por Fritus!

Del señor Günter Grass sólo he leído La Ratesa y El Tambor de Hojalata. Y mira si tiene obra...

Así que esperaré al domingo que viene.

Salu2!