What a shame! ¡Qué vergüenza!

Ahí le tenéis, exhibiéndose como un pavo real. Satisfecho de su Nobel de la paz. A los quince días de decidir mandar 30.000 soldados a Afganistán, sin avanzar en el conflicto de Oriente Medio, sin haber levantado el bloqueo a Cuba, aplazando la decisión de cerrar Guantánamo, sin haber hecho nada estimable para ganarse el galardón. Promesas, y de lo hecho, justo al contrario. En vez de acabar con la guerra, la incentiva, eso sí, en aras de una supuesta paz venidera. Lo mismo que dijo el otro en Irak. Y encima insiste. Yo que usted no lo hubiera aceptado, forastero, pero claro a un diabético también le gustan los dulces. What a shame, Mr. Obama!  

Mientras el Nobel de la paz se le ha otorgado, con todos los honores, al tal Obama, hoy en Lanzarote se sigue esperando. A que muera Aminetu. Y nadie mueve ficha. Todos emperrados. Y si no fuera por lo serio del tema, sería para hacer chistes. Marruecos hablando de derechos humanos –¡hay que joderse!— y echando la culpa a la señora Haidar, el gobierno español anteponiendo el interés general y no creyendo preciso que intervenga el rey.  Mientras Sarkozy y la Unión Europea mirando a Molina y el bueno de Obama ocupado recogiendo el premio Nobel de la paz. Y esto chirría.

Ya lo he hecho presente en alguna entrada anterior y en comentarios en varios blogs que tocaban el tema. Soy firme partidario de que Aminetu deje la huelga de hambre, vale más viva, pero no seré yo quien la presione, cuando si hay alguien que no es responsable de lo que está ocurriendo es ella. Marruecos la echó por ser quien es, España la dejó entrar, todavía no sabemos por qué. Y ella, sólo quiere –así de fácil—volver a su tierra. Y todavía algunos la tratan como si hubiera creado el problema. Y por si alguno lo ha olvidado, Hoy es el Día Internacional de los Derechos Humanos. ¡Qué vergüenza!

Salud y República