Cada partido en su sitio o la intocabilidad del Papa

Acabo de oír la reacción de los grandes partidos a la iniciativa de reprobación a las declaraciones del Papa sobre el preservativo que, presentada por Izquierda Unida, se va a votar en el Parlamento.

No es ninguna sorpresa, lo que han dicho los portavoces parlamentarios de ambos grupos. Conociendo al PP, no sólo no me sorprende, sino que me parece coherente con su concepción falsaria sobre la libertad de expresión, que Sáenz de Santamaría haya hablado de respetar la libertad de expresión cuando habla el Papa, y recrimine y repruebe cualquier otra expresión si se sale de sus cauces. En definitiva se trata de defender al Papa, uno de sus iconos, aunque haya dicho una burrada.

En cuanto al PSOE, tampoco me sorprende, pero sí que me jode. No sé por qué, quizá es que soy un ingenuo, pero siempre espero que el partido socialista me dé una sorpresa agradable, y siempre se queda en la puerta. El señor Alonso, portavoz, ha dicho que sin estar de acuerdo con las declaraciones del Papa, el parlamento no es el sitio para discutirlo. Que no es competencia del Congreso reprobar a los jefes de Estado ¡Hay que tener cara! Ya están con el sí, pero no, con cuestiones de forma, con excusas. 

Y entonces, si no es el lugar para reprobar declaraciones de jefes de Estado ¿por qué la mesa del congreso lo ha admitido a trámite? Las cuestiones de forma las ha de dilucidar la mesa del Congreso, y los grupos parlamentarios han de votar el fondo de lo que se presenta. Pero claro, eso significaría un enfrentamiento con la Iglesia, con lo buena que es y lo rica que la están haciendo.

Y además, si es así, ¿por qué reprobaron las palabras de Chávez cuando el “¿por qué no te callas del rey?”. ¡Ah, perdón! que se trataba de defender al rey y de reprobar a un jefe de Estado de una república de segunda. No me acordaba. Al fin y al cabo ¿por qué se va a reprobar unas declaraciones que lo único que pueden hacer es provocar muertos en África? Donde va a parar.

Pues sí, cada uno en su sitio. El PP defendiendo como sea, a su líder espiritual, sin ambages. El PSOE cagado de miedo ante la Iglesia y sin mover un dedo para avanzar hacia el laicismo. Siempre con el “sí pero no”, “quizá pueda ser”, “no es el momento”, “ahora no toca”, “según quién”. E Izquierda Unida en su sitio, haciendo su trabajo, aunque se quede sólo, cumpliendo con sus principios, aunque se ve que eso no está de moda. Lo que está de moda son las corrupciones, los espionajes y pasarse los principios por las ingles, pero no la decencia. Eso sí, el Papa y la Iglesia, intocables.

Otra pinza más –ayer, la del Euskadi, también--, y van…

Salud y República