22 junio 2012

Felipe se hace mayor y sigue la línea de papá

Después del desprestigio sufrido por la Casa Real, parece que hay un contraataque para recuperar lo perdido. Así es que, hemos pasado meses, años, décadas sin saber mucho de lo que hacen --salvo los numeritos propios de su institución, como desfiles, discursitos de Navidad, intervención en premios o recibimientos y agasajos a personalidades extranjeras—, hasta que en unos pocos meses se han llenado de gloria. Ahí queda el caso Urdangarín y las cacerías del gran borbón.

Sin embargo, después de ese perdón real que tanto se ha comentado, hay un esfuerzo por volver a recuperar ese prestigio que últimamente han perdido. Así, el rey, por un lado, y el principito por otro, están teniendo una actividad intensa que, si consideramos su habitual faena, les puede provocar un estrés de mucho cuidado.

principe felipe

Mientras papá se marchó, el lunes pasado, a dar el pésame a la dinastía sátrapa de Arabia Saudí –a los que trata como de la familia—, el niño presidió los actos del bicentenario del Tribunal Supremo. ¡Menudo estreno! Estuvo junto a Carlos Dívar, un ejemplar caduco y corrupto que estaba a punto de dimitir y que su sola presencia manchó el acto y la Jefatura del Estado, representada por Felipe.

Pero no queda ahí la cosa, dos días después, mientras que el rey se fue a La Línea para apoyar a los pescadores locales y de paso, aportar un poco más de rancio españolismo contra la Pérfida Albión –ya saben ustedes que ¡Gibraltal español! ha sido y es un grito que mueve conciencias fascistoides—, su querido hijo Felipito se paseaba por los EE.UU. y de paso inauguraba un centro de IESE en Nueva York (IESE es la escuela de negocios que dirige el Opus Dei), y allí dejó plasmadas unas manifestaciones la mar de clarificadoras:

"Nuestros precios y salarios están marcando el ritmo del retorno al sendero de la competitividad y, al mismo tiempo, nuestras familias están reduciendo sus niveles de deuda mientras mejoran su ahorro".

Hay que estar más despistado que un burro en un garaje y vivir en una burbuja para decir esa frasecita. Eso sólo puede responder a que no tiene ni pajolera idea de cómo están viviendo muchos españoles. Resulta que con más parados cada día, estamos reduciendo nuestros niveles de deuda, bonita paradoja. Y habla de precios y de salarios, un tipo que no ha ido en su vida a la compra y que no tiene necesidad de saber lo que gana, puesto que le basta con meter la mano en la caja pública de papá. Y es que de casta le viene al galgo.

En fin, si no lo evitamos, ya vemos lo que nos espera. Si primeras partes no han sido muy boyantes, imaginemos las segundas. Hay que levantar esa opacidad que existe con la Casa Real. Tenemos derecho a conocer cómo se gastan nuestro dinero, porque aunque parezca mentira, también ellos son asalariados nuestros, viven de nuestros impuestos, y por supuesto que lo hacen a lo grande. ¡Faltaría más!

Y no nos engañemos, un rey, por el mero hecho de serlo, siempre defenderá a los poderosos, siempre se pondrá al lado de los mismos, justo los que en compensación defenderán sus privilegios. Hay que propiciar la alternativa: La República.

Salud y República

8 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

¡Mejoramos el ahorro...ja, ja! Felipe no acaba de caerse del Guindo. O es que el Guindo se lo ha merendado enterito... ¡Cuánto mejor rey has sido tú! Besitos.

mariajesusparadela dijo...

Cuando el hala de "nuestras familias" habla de la real y la de Leticia. Y, efectivamente estarán ahorrando, por si acaso.
Y si que tu has sido un buen rey, humilde y familiar.

Eastriver dijo...

Me has hecho reír con el burro en el garaje... jaja, y es que tienes toda la razón.

No puedo con ellos, como bien sabes. Tú lo sintetizas perfectamente, un rey siempre defenderá a los poderosos... ¿Por qué pues los no poderosos defienden los privilegios de unos pocos? (Aquí y en todas partes, ya viste la que le montaron a la reina de Inglaterra, a pesar de que cuando les da la mano se pone guantes para no llenarse de mierda) La explicación la dio Nietzsche cuando habló de la moral de esclavo, no¿ Yo, al menos, lo veo así. La gente tiene moral de esclavo... mucha gente por lo menos. Porque digámoslo todo, si esta gente aguanta es porque a una mayoría le parece bien, aunque afortunamente sea una mayoría cada vez menor. Es como lo de la roja, con la que está cayendo, sabiendo que si ganan se embolsarán una prima que debería ser ilegal pagada por todos nosotros, ¿cómo es que la gente dice que a ver si por lo menos la roja nos da una alegría? Es decir, ¿cómo es que a nadie le parece mal lo de la prima a los jugadores en estas circunstancias? A mi particularmente todo esto me provoca vergüenza.

Supongo que sabes mejor que yo que uno de los rumores fuertes del verano es la enfermedad grave del rey, y que le están preparando el camino inminente a Felipe y su esposa. Bueno, no sé si es cierto lo de la enfermedad, pero sí sé que tras el descrédito de la casa real ha existido como un movimiento en favor de los príncipes, intuyendo que la casa real o se salvaba por ellos o no se salvaba. Durante años han dejado verde a Letizia y ahora, de la noche a la mañana, es un ejemplo, la mejor de todos, etc. Estamos en plena operación lavado de imagen de todos, y en particular de los príncipes.

Genín dijo...

A mi esas orejas me recuerdan al heredero de Inglaterra...
¡Ah coño, que son familia!
Ya decía yo...
Salud

Antonio dijo...

Están preparando el relevo... pero sin cambiar nada de lo esencial.
UN saludo

Neogeminis Mónica Frau dijo...

De otro modo sería atentar contra su propia naturaleza, supongo.

un abrazo

Perséfone dijo...

Mal encaminados iban los que pensaban que la escopeta del rey iba a matar a dos pájaros de un tiro (un elefante inocente y una monarquía obsoleta que no para de hacer el ridículo).

Estos no sueltan el trono ni con agua caliente. Y los partidos mayoritarios, hacen lo propio para que así sea.

Saludos.

Antonio Rodriguez dijo...

Viven en un burbuja y saben de los problemas de la ciudadanía solo de oidas.
Y si añadimos a los soplagaitas que los adulan, tenemos el circulo cerrado.
Salud, República y Socialismo