31 octubre 2011

50.000 indígenas expulsados de su tierra en Brasil

El gobierno brasileño está empeñado en construir una macro represa en Bello Monte, en plena Amazonía. Una gigantesca central eléctrica que provocará la inundación de más de 500 km2 y desplazará a 50.000 nativos. Todo ello sin haber consultado con los interesados y haciendo un daño irreparable según los ecologistas, que creen que existen alternativas menos dañinas para conseguir la energía que Brasil necesitará en los próximos años.

Represa en Brasil

Se trata de otro crimen contra la Amazonía, hoy ya bastante devastada y donde diversas especies animales y vegetales han desaparecido por la acción devastadora del hombre. Millones de árboles talados y minas socavadas en plena selva. Ya son miles los indígenas que han tenido que abandonar su tierra y desplazarse a otras ajenas, por invasión de multinacionales que se instalan allí para obtener los recursos de esta tierra tan rica.

Todos los años desaparecen tribus y pueblos indígenas enteros, incapaces de aclimatarse a sus nuevas tierras. En este mercado mundial, el indígena tiene un valor muy inferior a las riquezas que allí obtienen las distintas transnacionales. Esa tierra suya es invadida por gente cuyo único propósito es negociar con lo que no les corresponde, a costa de los verdaderos habitantes y ocupantes de esa tierra.

No hemos aprendido nada de la historia. Con un desmedido afán etnocéntrico, cosificamos a los indígenas y les apartamos cuando molestan a nuestros espurios fines. Este es el progreso que nos mueve. No importan los medios, aunque sean criminales. Lo importante es “progresar”, al precio que sea.

Salud y República

11 comentarios:

Eastriver dijo...

El desastre ecológico me pone de muy mal humor, porque lo que se pierde no se recupera. Además, se suma la pérdida cultural de muchas gentes a quienes destruyen, aniquilan, sus pueblos, sus naciones. Hoy hemos tenido una buena noticia con Palestina en la Unesco, pero en los informativos también han hablado de la sistemática aniquilación del pueblo tibetano, tragado y destruido por el gigante chino. Una de cal y siete de arena. Vamos como los cangrejos...

Felipe Medina dijo...

Rafa,eso no es progresar.Eso es diezmar e ir acabando con el mayor pulmón de la Tierra.

Mientras la autoridades no pongan freno a tanta barbarie no en mucho tiempo veremos cómo la Amazonía será prácticamente inexistente,para desastre de la Humanidad.

Saludos

Txema dijo...

Muchas veces es difícil encontrar el crecimiento de un país con el respeto a la naturaleza.

Esperemos que se llegue a una solución ue impida un desastre.

Saludos

Dilaida dijo...

Siempre pierden los débiles.
Bicos

javi dijo...

El sistema no respeta ni la ecología ni a las personas. Solo le valen sus cifras de negocio y beneficios, si para ello tienen que exterminar a media humanidad no dudarán en hacerlo.

Genín dijo...

Es increíble la desfachatez que tiene esa gente, eso es robar, los indígenas son los auténticos dueños de esas tierras.
Rafa, esto no tiene remedio, coño, ya me puse de mala leche...
Salud

mariajesusparadela dijo...

Y nosotros nos callamos y las vamos a pagar todas juntas.

Dean dijo...

Está ocurriendo allí, en Centroamérica y en muchos rincones del planeta, los terratenientes siguen al orden del día y creemos que eso es cosa de telenovelas. Los indígenas y los campesinos se ven impotentes cuando los gobiernos corruptos venden sus tierras a las multinacionales como si se tratara de cualquier mercancía barata.
Un saludo.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

A la hora de fijar prioridades siempre son las minorías las que llevan la peor parte.
Un abrazo

Ciberculturalia dijo...

Tienes razón, Rafa. Nada hemos aprendido de la historia y seguiremos destruyendo el planeta, destruyendo el habitat de millones de personas... y nada pasa ante los beneficios de unas criminales multinacionales.
Bueno, además de esto que nos preocupa también tiene que haber espacios para tomar fuerza y ahora a divertirse toca.
Besos

L. de Guereñu Polán dijo...

A pesar de Lula... Qué difícil es parar a los criminales.