Los abuelos guardería

Hoy ha salido a la luz un estudio realizado por el Ministerio de Sanidad sobre los ancianos. Y sobre el mismo quería hacer alguna precisión.

Miren ustedes, yo hablo en este caso por experiencia. No por anciano que eso espero no serlo nunca –anciano es quien se siente viejo—, pero sí como abuelo. Y veo cosas de los abuelos de hoy que son lamentables. Y que conste que no me quejo, no es de mi caso del que quiero hablar.

Tampoco quisiera generalizar porque entiendo que muchos de los que leen esta entrada pudieran sentirse injustamente aludidos, y no es mi intención. Así es que con la premisa de que hablo de muchos casos que conozco, les cuento lo que pienso.

En el estudio se dice que los abuelos cuidan de sus nietos en el 70% de los casos. Y en el 49% lo hacen a diario. Bueno, pues eso que a la Ministra le parece una “conquista social” y dice:  "en España existe un fuerte apoyo familiar entre generaciones”, qué quieren que les diga, a mí me parece una cabronada. Y me explico, no vaya a ser que piensen ustedes que soy un abuelo depravado y que siento desafecto por mis nietos.

Empezaré diciendo que tengo tres nietas y un nieto. Todos preciosos, a los que echo de menos a menudo y con los que me gusta estar y disfrutar. Ahora bien, eso es algo que es una maravilla cuando se hace libremente. Mis hijos saben muy bien lo que pienso al respecto, y lo que veo a mi alrededor no me gusta.

Mis tres nietas el verano pasado en Kabila

No es posible que una persona cuando se jubila, después de decenas de años de trabajo que le ha dejado sin tiempo para disfrutar, llegue a ese momento y se le imponga la carga de tener que hacer de guardería de los nietos. Que eso pasa y pasa a menudo. O sea que estás trabajando toda la vida, finalmente llega el día que dejas de hacerlo y que podrías vivir con libertad y con tiempo –con dinero no, que ya saben cómo están las pensiones, aunque no me quejo—, y te endiñan –porque eso es lo que hacen-- una obligación de las más gordas, el cuidado de sus hijos. ¡Y una leche! A madrugar para llevarles al colegio. A comer a casa de los abuelos, a recogerles cuando salen, que “como tienen tiempo” y luego en casa hasta que van a recogerles después del trabajo. Vamos que casi les hacen un favor para que no se aburran.

Fran, mi nieto chico

Todos mis hijos saben de mi disponibilidad por necesidad, creo que nunca les he fallado. Todos saben que disfruto con mis nietos, pero también son conscientes de que su madre y yo no queremos y no debemos tener esa responsabilidad como costumbre. Deseamos, ya ha llegado el momento, vivir nuestra vida, porque hasta ahora nos ha faltado tiempo y libertad.

Lo he comentado con algunos de los padres que lo hacen, y me contestan: “Es que la vida es así, como trabajamos los dos”. No son capaces de entender, en un síntoma claro de egoísmo, que están privando de libertad a los abuelos y les están llenando de obligaciones, justo cuando el momento que viven pide lo contrario.

Yo lo tengo claro, los hijos son para los padres –que me lo digan a mí, y sobre todo a Lola, que hemos tenido cinco-- y éstos tienen que conformar su vida de acuerdo con sus posibilidades sin tener que utilizar a los abuelos para sacarles las castañas del fuego, ¡Que no se dejen! ¡Que hay mucho jeta suelto!

Salud y República