En busca de personajes (1). La cultura como terapia

Empezamos este domingo, intercalando este nuevo juego con la literatura terapeútica que ustedes ya conocen. Se le puede llamar: En busca de personajes. Por lo tanto, quedan ambos juegos con una frecuencia quincenal.

Se trata de buscar a personajes relacionados con la cultura, la política y/o el arte dentro de un texto. No se encontrará el nombre sino que habrá pistas que le delaten: un país o una ciudad, un título de una de sus obras o una fecha clave u otro personaje al que está unido. Dos pistas mínimas para varios personajes. Por ejemplo, si en una parte del texto se citara a Praga y en otro lado habláramos de un castillo o de un proceso, podríamos dar como solución Kafka. O si se citara la exclamación Eureka, y se hablara de un principio, el personaje buscado sería Arquímedes. Si habláramos de Zaragoza y de 1808, podríamos decir que se trata de Agustina de Aragón o del General Palafox. En fin, valgan estos ejemplos para que empiecen ustedes a encontrar a los cinco personajes en el siguiente texto que les propongo. Dicho texto no es sino un conjunto de palabras cuyo único fin es poder colocar las claves o pistas que se relacionen con los distintos personajes. No tiene ningún valor como texto literario. Adelante, a ver si los encuentran. Pueden ser artistas (de cualquier arte) o personajes históricos, políticos o del mundo de la cultural. Además la foto que he colocado tiene que ver con uno de los personajes. Y ahí va el texto:

Terminó de leer a Goethe. Salió a pasear con sus perros, era noche cerrada y la ciudad parecía desierta. A diferencia de París, en Viena el otoño siempre es frío. En el parque que estaba cerca de su casa se podía pisar la hojarasca húmeda que cubría la tierra. Pensaba en su futuro viaje: Colombia. Allí iría las próximas vacaciones, le habían hablado muy bien de ese país, después de unos días pasaría a Perú, siempre había deseado visitarlo.

Eligiría ir vía Madrid, era más caro pero le permitiría visitar a sus amigos. Aunque Juan estaba trabajando en Estocolmo, seguro que Luis y María le recibirían con los brazos abiertos, siempre lo habían hecho. Nunca pudo explicarse como se llevaban bien, tan diferentes. Secretos de un matrimonio que guardaban celosamente.

Después de media hora, escuchó una risa inacabada y entrecortada. Provenía de un banco que estaba detrás de la arboleda. Los perros se pusieron en alerta. Bajo una luz apareció una persona vestida de arlequín con el rostro pintado de blanco. Tuvo que sujetar a sus cachorros, Max y Nigra, tirando fuerte de las correas…

Y por esta semana esto es todo, amigos. Y ahora, busquen, comparen y acierten. A ver quien se gana una estancia en Kabila en pensión completa (yo cumplo no soy como el del jamón, o el de la mariscada).

Salud y República