23 marzo 2013

Objetivo: La balada de Narayama

La cosa va por ahí. No sé si ustedes han leído la novela “La balada de Narayama” de Shichirô Fukazawa o han visto la película, del mismo título, de Shohei Imamura. Pero en caso de que no lo hayan hecho, les recomiendo que lo hagan. El libro probablemente será más difícil de conseguir, pero no así la película que tuvo bastante éxito y fue Palma de Oro de Cannes en 1983.

Su argumento nos refleja un mundo rural clásico japonés, donde existe una precariedad que hace que la vida de las personas tengan valor mientras que  sean útiles. Se trata de una sociedad donde no se llega a los setenta años, porque cuando las personas se acercan a esa edad, ellas mismas –independientemente del deseo de los otros miembros de la familia--, considerándose inútiles, deciden marcharse a morir a la montaña sagrada, la montaña Narayama. Allí, solas y sin ninguna protección mueren de inanición, evitando ser una carga para su familia. Una convención social que ayuda a la supervivencia de los demás miembros.

La balada de Narayama

Hoy, sin querer exagerar, hay una cierta tendencia desde los poderes fácticos a que la gente que no produzca se considere una carga social. Ahí están las declaraciones de un ministro japonés que lo dice muy clarito, y ahí están los ataques de nuestro querido gobierno a los más desfavorecidos, que son los que más están sufriendo esta crisis. La no actualización de las pensiones, de por sí ya pequeñas, la prolongación de la edad laboral, los recortes sanitarios y de servicios sociales que atacan sobre todo a los más débiles y a los mayores. En definitiva, si dejamos actuar a este establishment que nos domina, está claro que los viejos y los discapacitados sobramos.

Los jubilados somos una mercancía caducada, y como tales nos juzgan. No trabajar y cobrar una pensión, para ellos, es una rémora que no nos perdonan. Está claro que lo mejor para que las cuentas del Estado mejoren es que desaparezcamos. Y en ello se empeñan.

Se acabó aquello de la familia amplia, esa familia que cuidaba a sus ancianos y les daban cariño y protección. Hoy, muchos son explotados, y cuando ya no sirven ni para hacer de guardería de los nietos, se les envía al nuevo Narayama, a una residencia a morir. Sólo vale lo que es útil.

No me quejo personalmente, al menos hasta ahora. Pero si que veo cuál es la tendencia. Sólo lo productivo y lo útil sirve. Somos materia de mercado. Todo lo demás, ¿para qué? Una tendencia que ha empezado a acelerarse, las cuentas no cuadran. Sólo una cosa nos puede salvar: que en muchos casos estamos ayudando a otros miembros de la familia, con nuestra pequeña pensión, a pasar esta crisis. Esa es hoy nuestra única utilidad.

La tendencia de las pensiones es a ser cada vez más pequeñas. De eso se han encargado, en nombre de la crisis, estos políticos del gobierno que con siete años de diputados se aseguran su pensión máxima. Así es que, cuando ya la pensión de muchos mayores o no exista o sea exigua, me temo que la Balada de Narayama se hará realidad. ¡Ojalá que me equivoque!

Salud y República

7 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

En un mundo en donde, en teoría al menos, avanzamos hacia una consideración más humanitaria hacia el prójimo, declaraciones como la del japonés ese -me refiero hacia él con intencional descalificativo- no deben permitirse!
Si no es en pro de prolongar y mejorar la calidad de vida ¿cual sería el propósito de los gobiernos? mejorar los números olvidándose que en realidad debe ser la gente el centro de toda actividad política?
Me voy indignada...
Un abrazo

Genín dijo...

Si, recuerdo la pelicula, y como tu haces me he dado cuenta de la similitud de hoy con aquella época, suscribo todo lo que impecablemente dices, solo queria añadir, que viejos somos, que jubilados, somos, pero gilipollas no, y si que tenemos algo que estos cabrones desearían obtener de nosotros: NUESTRO VOTO y entre todos juntamos una buena cantidad, tanta, que podemos decidir quienes queremos que se marchen, yo ya lo he decidido y creo que queda claro por quienes NO voy a votar, hala, tíos del PP,estos que nos gobiernan a hacer puñetas!!!
Os lo coméis vosotros que yo no les he votado y a mi NO ME REPRESENTAN.
Salud

Freia dijo...

Pues sería algo más fácil, como decía la canción de Serrat: ..."si entendiésemos que todos llevamos un viejo encima".

Solo encuentro alguien en quien esas medidas estarían justificadas: MI SUEGRA.

Besos de quien va justo detrás de Vd. Un abrazo muy fuerte y mis disculpas por no venir a verle todo lo que me apetecería.

mariajesusparadela dijo...

De las pensiones de según quien, que los que están subidos al carro , bien foran sus riñones antes, durante y después.

Corpi dijo...

Magnífica metáfora. He visto la película lo menos tres veces y cada vez me impresiona más. Un día de estos la vuelvo a ver. Y la recomiendo a todos. Quizá los políticos la deberían ver obligatoriamente para que comprendieran a dónde nos llevan.
Salut

Camino a Gaia dijo...

Camino de Narayama vamos pero lo cierto es que quienes detentan los medios de producción están bloqueando toda salida y toda sensatez. Los privilegios de unos pocos, la primacía de la corrupción, arrastra a la sociedad a su total descomposición.
Un saludo

Antonio Rodriguez dijo...

Aqui no tienen la desvergüenza de decirlo abiertamente, pero toman las medidas necesarias para que ocurra.
Si no, que son todos esos ataques a los mas desfavorecidos como medicamentazos, copagos, desmantelamiento de la sanidad pública, contrarreforma de las pensiones o desmantelamiento de la dependecia.
Salud, República y Socialismo