01 septiembre 2016

Rajoy, el apestado

Oigan, si las personas que dicen apoyarles, lo hacen tapándose las narices o dicen que su compañía es un mal menor, pregúntense qué es lo que pasa y qué pensarán de ustedes los que no le apoyan.

Pues eso, Rajoy, que ha sido el primer presidente en funciones que ha perdido una investidura, se encuentra en esas vicisitudes. Su amigo fiel, el joseantoniano Rivera le quiere pero cuando se acerca se tapa la nariz. Y qué decir de los demás, que huyen de él, como si fuera un apestado.

Así, se ha podido comprobar en la investidura fallida de Rajoy (en la de ayer, y también se comprobará en la de mañana). Él “pobre” se ha encontrado sólo frente al mundo. Había que ver esa falta de entusiasmo porque no le querían, mientras que los únicos que le votaban a favor, decían de él cosas tan encantadoras como “no nos fiamos de él” o “hemos tenido que elegir entre un mal mayor y un mal menor”. Una maravilla y eso que son sus jóvenes valores. Hasta a ellos les da vergüenza apoyarle, aunque ante el deseo de pillar cacho lo hagan.

Rajoy contra el mundo. Y Rajoy se presentó como “yo o el caos”, sin darse cuenta de que el caos era él. Pues no, querido apestado, le guste o no, hay vida política más allá de Rajoy. Moisés también murió antes de ver la tierra prometida.


Y es que todo el mundo habla y con razón de que hay tres posibilidades. Investir a Rajoy, formar un gobierno desde la izquierda con los nacionalistas o unas terceras elecciones. Pero además de estas tres posibilidades hay otras derivadas. Una es la de un gobierno de izquierdas con la abstención de Ciudadanos (ya que tanto hablan del “todo por España”, la aceptación de esta propuesta sería, de verdad, un acto patriótico, eso de lo que tanto presumen), y otra más sería un gobierno del PP con o sin Ciudadanos, pero sin Rajoy. Estoy convencido que Sánchez y el PSOE, ante esta nueva tesitura cambiarían de actitud.

Yo creo que lo primero es echar a Rajoy, sin duda. Un tipo responsable de tanta corrupción y de tanto daño y tropelía cometido durante su legislatura no puede ser el garante de ningún cambio. Ahora bien, que nadie crea que un sustituto suyo cambiaría las políticas del PP. Ellos van a lo suyo, a someterse a Europa, a beneficiar a los más poderosos y a seguir excluyendo a los más débiles. Eso sí, si fuera alguien totalmente nuevo podría, posiblemente, disminuir la situación de la corrupción desmedida y crónica que hoy mantiene Rajoy.

A pesar de haber obtenido más votos que nadie, los que no le han votado sienten un rechazo generalizado por un individuo que ha consentido la corrupción, que ha beneficiado a su gente y ha hecho sufrir, de forma despiadada, a la mayoría de la población, que se ha cargado la clase media –hoy clase baja—, mientras que los ricos hoy lo son más.

De todas las soluciones la que yo deseo es la composición de un gobierno de cambio, de verdad, con el PSOE y Unidos Podemos, y con los nacionalistas. Sé que es difícil, sé que el PSOE no parece por la labor, pero si Sánchez quiere salvarse personalmente y salvar a este país de otra legislatura de recortes y desvergüenzas debería explorar esta posibilidad. Tanto el PNV, Convergencia –hoy PDC—, como Esquerra Republicana se han ofrecido. ¿Por qué no intentarlo? El objetivo es claro, no se pude dejar que el PP siga gobernando, sería la opción peor para los más débiles de este país, aunque el IBEX y los poderosos siguieran engordando.

Salud y República

1 comentario:

Genín dijo...

Que va, a Rajoy no lo echan, y si analizas como le dan coces todos ellos al PSOE cada vez que le hacen responsable de ir a unas elecciones, está claro que es lo que quieren, ir a unas 3ª elecciones, a esos España les importa un carajo, es la estrategia de Rajoy y su mafia, yo lo tengo claro, verás lo que tarda Rivera en mandarlos a hacer puñetas...
Salud