28 enero 2016

La vieja guardia de la política defendiendo el bipartidismo

Ante los momentos cruciales y difíciles en los que nos encontramos para la formación de un gobierno, ahí tenemos a los de toda la vida, los amantes del bipartidismo, defendiendo sin rubor un gobierno que permita jugar a los dos grandes partidos. Y es que deben mucho a ese modelo.

En este país se ha mantenido durante toda la democracia, hasta las últimas elecciones, un sistema bipartidista de alternancia en el poder entre PSOE y PP, con la colaboración inestimable de una ley electoral que permite que un diputado de los grandes partidos venga a costar unos 60.000, mientras que los de los pequeños partidos con implantación nacional pueden llegar a costarles diez veces más.

Esta irregularidad democrática que les ha ayudado a detentar el poder absoluto sin nunca hayan tenido mayoría absoluta de votos, de forma intermitente, hoy está en peligro. Por eso acuden las viejas huestes a echar una mano al bipartidismo, esa fórmula a la que tanto deben (pensiones de jubilación, puertas giratorias, direcciones o consejerías de empresas pública, etc.).

Los dos grandes popes del bipartidismos, expresidentes González y Aznar, cuyos egos y beneficios obtenidos les hacen ser incapaces de mantenerse al margen, vemos que están unidos a pesar de pertenecer a los dos partidos –falsamente enfrentados— que han gobernado con alternancia este país. Junto a ellos Corcuera, Bono, Garmendia, Salgado Zaplana, Acebes, Pastor, todos a una, todo por la patria del bipartidismo.

Tanto tiempo disimulando que estaban enfrentados y vemos como han jugado a alternarse en el poder para obtener los grandes beneficios que les ha dado ese bipartidismo, hoy en peligro. Tirios y troyanos se alían para defenderse de esta nueva gente que (de forma perversa e injustificada dicen ellos) ha entrado en el Parlamento. La unión hace la fuerza. Viejos peperos y viejos socialistas se ven amenazados y buscan fórmulas de unión que tapone y oscurezca a la nueva fuerza progresista, en contra de lo que, según las encuestas, dicen los españoles.

No les importa, ellos están por encima de los demás, por encima de todo, por algo han sido los que han mangoneado este país durante décadas. Se trata de continuar beneficiándose del poder. No interesa un gobierno progresista, todos sus beneficios al sumidero. Eso no lo pueden consentir. Tienen que luchar, influir en el Comité del PSOE, ayudar a los barones rebeldes a que fuercen a Sánchez a apoyar por activa o pasiva al PP, aunque ello vaya en contra de lo acordado, ¡qué más da!

Y es que Sánchez lo tiene mal, porque además de estas presiones de la vieja guardia, está la baronía, donde vale todo –con tal de cargarse a Sánchez-- menos unirse a Podemos. Ahí tienen a Susana Díaz en Andalucía o a Emiliano García-Page que gobiernan gracias al apoyo pasivo de Podemos y sin embargo no quieren que su líder nacional pacte con el partido de Pablo Iglesias, de ninguna manera. No quieren para otros lo que tienen ellos, ¿cómo es posible?

Añadamos a esto las consignas que llegan del exterior, de entes internacionales, y nos encontramos que la dificultad de Sánchez por formar un gobierno de progreso con Podemos e IU no sólo viene de su actuación dubitativa y contradictoria, sino de las fuerzas internas y externas que le empujan a actuar en sentido contrario.

Unos, la vieja guardia, queriendo conservar los beneficios que obtuvieron del bipartidismo, otros, los entes internacionales, con deseos de seguir mandando desde fuera para hacer políticas de ajustes, y los últimos, la baronía, con ansias de poder y de querer echar a Sánchez. Todos unidos quieren evitar lo que es relativamente fácil de conseguir, un gobierno de progreso.

No sería mala idea la de forzar, como algunas voces socialistas han dicho, un referendo entre los militantes del PSOE para ver lo que quieren. Esa podría ser la jugada que le diera a Sánchez los avales que le permitan conseguir lo que los amantes de la gran coalición y del bipartidismo quieren negarle.

¿Cuándo se dará cuenta la vieja guardia de que su tiempo ha pasado? ¿Cuándo dejarán de tocar las narices estos jarrones chinos ya ajados y rotos?


Salud y República

2 comentarios:

Genín dijo...

Yo se que tengo prejuicios, lo se, pero no lo puedo evitar, tengo familia y amigos venezolanos, de izquierdas, comunistas para mas señas, pero el chavismo, simplemente por ser comunistas y no pertenecer a su partido, se lo ha hecho pasar mal, muy mal, algunos se han tenido que ir para salvar el pellejo, por otro lado estoy muy bien informado de lo que realmente sucede en Venezuela y sinceramente, no creo que los de Podemos traigan progreso, no lo creo sinceramente, no me gustan sus antecedentes, no me gustan sus contradicciones, la forma en que se fueron trasformando para conseguir votos, no no me gustan, no me fío de ellos, no creo lo que dicen, muchas de sus teorias no son realistas, en fin, no me fío ni un pelo,no olvido como se portaron con IU, aunque ahora parece que dan marcha atrás, y por ser consecuente contigo lo digo claramente :)
Salud

Tracy dijo...

¡Vaya vergüenza!, mira que Felipe... al final defender lo mismo que Aznar...