17 mayo 2015

El zombi Aznar se considera el centro

El imprescindible, el deseado, el magnífico. Así le califican sus incondicionales, peligrosos hooligans que quieren que Aznar, ese zombi político, resucite y salga del altar mayor para volver a la actividad pública.

Y ahí le tienen, ya ha subido al estrado en plena campaña electoral, para demostrar que su ego, su tableta, y su pose añejo y acabado, son, para sus fanáticos, la garantía de esa extrema derecha que anida en el PP. La derechona que ama la guerra, que desprecia a las mujeres, que odia a los homosexuales, que desea enriquecerse como sea, que cree que la política es lo mejor para conseguir las dos pes del PP (Poder y Pasta).

Aznar Zombi

Porque Aznar desde el púlpito ha hablado de representar al centro. Y no se equivoca. Porque él y su tiempo de presidente ha sido el centro, un centro que ha forjado todo lo que nos ha venido después. Porque, sobre todo, durante su reinado se produjeron los antecedentes de todo lo que hoy nos está pudriendo.

Recordemos que durante su reinado, su amigo del alma, su segundo, Rato, fue el “autor del milagro económico español”, eso sí, privatizándonos y vendiendo a saco lo poco que quedaba público y rentable, y, por otro lado, aprobando una ley del suelo que provocó la burbuja inmobiliaria. No olvidemos que esa burbuja ha sido un elemento exponencial en la crisis en España. Sin burbuja el paro sería, como mínimo, ocho o diez puntos menos –basta ver los parados que provienen de la construcción—, y hoy estaríamos en la media europea y no entre los máximos exponentes de paro, pobreza y destrozo del Estado del Bienestar.

Pues bien, él insiste en que el PP es el centro. Y, ¿por qué no? Acaso el PP:

¿No es el centro de la corrupción?

¿No es el centro del miedo y la desvergüenza?

¿No es el centro de la guerra y del odio?

¿No es el centro de la mentira?

Es obvio que son el centro de la corrupción, basta recordar una muestra: lo ocurrido en dos de las autonomías en las que gobiernan desde hace bastantes años: Valencia y Madrid.

Que les encanta meter miedo es un hecho. Es suficiente escuchar a cualquiera de sus líderes en cualquier discurso. Meten miedo y tienen miedo, pero no por lo que están sufriendo en este país, eso les importa un rábano, sino porque pueden perder el poder, y saben que sin poder, la cosa se les complica.

Lo del odio y ser el centro de la guerra, bastaría con recordar “las armas de destrucción masiva”, pero hay más, mucho más. El odio a los inmigrantes, a los diferentes, el que profesan a los homosexuales, a los discapacitados y a las mujeres. En definitiva, a todo lo diferente. Y Aznar es el máximo exponente.

Y qué decir de la mentira. Basta ver lo que dicen antes de las elecciones y cotejarlo con lo que hacen después en el gobierno. Pero, quizás la gran mentira, la más grande, fue la que abanderó Aznar en el 11-M, manteniendo la autoría de ETA cuando sabía que el autor era el terrorismo islámico, para lo cual llamó a los directores de los periódicos personalmente a fin de que apoyaran su tesis. Esa gran mentira les costó perder las elecciones. Sin embargo, no han aprendido, siguen mintiendo y prometiendo lo contrario de lo que luego hacen.

A pesar de todo, ahí le tienen, un zombi haciéndose el vivo, uno de los grandes aprovechados de las puertas giratorias, un tipo corresponsable de haber destruido un país como Irak. Y como buen zombi su fin es deambular, meter miedo y desangran a quien encuentre en el camino. Y es que pretende, emulando al Campeador, ganar batallas después de muerto, ya saben, atado a un estrado y alentando a su personal, invitándoles a volver para morderles y así, llenar su partido de zombis. A sabiendas de que los zombis viven en otro mundo. Un mundo sin alma. El mundo de Aznar.

Salud y República

1 comentario:

Genín dijo...

Parece una cabeza reducida por los indios Jivaros, pero siempre la ha tenido reducida...
Salud