Tarragona, provincia donde paso una parte importante del año, está de moda. O al menos los medios de comunicación en agosto así lo creen. Noticias importantes y menos, han hecho de esta provincia, en este mes, una fuente de primera instancia.
Desde noticias de una gran importancia y gravedad, como la de ese juez de Tortosa que obliga a una mujer a recoger a su hija en casa de su ex-marido, sobre quien pesa orden de alejamiento (mi amiga Eulalia lo explica muy bien, en su entrada titulada con sorna: "N'hi ha per llogar-hi cadires"), hasta la intranscendente del timo de los billetes en blanco que con una tinta especial se convierten en billetes de curso legal.
Desde luego la primera es tan lamentable e incomprensible como vergonzosa. No sé dónde nos pueden llevar estos jueces, sin la mínima sensibilidad y con una profesionalización bajo mínimos. ¿Qué le pasará al juez si le ocurre algo a la mujer?
En cuanto a la segunda, ya tiene guasa. Resulta que la policía ha apresado a los dos timadores cuando estaban a punto de hacer la prueba. Ya nos hubiera gustado ver como convertían los papelitos blancos en billetitos. Lo mejor es que había ya posible “timado” a la vista. Lo dicho, hay veces que los timados merecerían más castigo que los timadores (recuerdo la escena del timo de la “estampita” en la película Los Tramposos).
Además, Ratzinger Z ha decretado Año Jubilar en Tarragona en 2008, en honor de San Fructuoso, a quien no tenía el gusto de conocer. Lo que quiere decir que si me convirtiera, el año que viene, podría conseguir la “indulgencia plenaria” y con ella librarme del infierno eterno, ese que acaba de volver a existir, que más que a un lugar de castigo eterno se parece al Guadiana.
Ahora resulta que el Delta del Ebro se ha convertido en una de los destinos de la principal ruta del chocolate que llega desde Marruecos, en lanchas a 120 km. por hora.
Y para terminar, aparecen tres tiburones en la playa del Miracle, así se tenía que llamar, o ¿no es un milagro un tiburón en una playa de Tarragona? Deben ser ejemplares perdidos de una manada pero, diganme que hubiéramos dicho si esta escena la filman Fellini o Buñuel. Y es que la realidad supera con creces, a veces, a la ficción. Porque lo de Spielberg era fácil en el Pacífico, pero en el Mediterráneo, hay que tener imaginación. Y encima ni muerden ni nada. Ya nada es lo que era.
En fin, Tarragona es noticia en agosto: timadores, jueces locos, chocolate para todos, tiburones mansos y año jubilar. ¿Hay quién dé más?
Salud y República
Desde noticias de una gran importancia y gravedad, como la de ese juez de Tortosa que obliga a una mujer a recoger a su hija en casa de su ex-marido, sobre quien pesa orden de alejamiento (mi amiga Eulalia lo explica muy bien, en su entrada titulada con sorna: "N'hi ha per llogar-hi cadires"), hasta la intranscendente del timo de los billetes en blanco que con una tinta especial se convierten en billetes de curso legal.
Desde luego la primera es tan lamentable e incomprensible como vergonzosa. No sé dónde nos pueden llevar estos jueces, sin la mínima sensibilidad y con una profesionalización bajo mínimos. ¿Qué le pasará al juez si le ocurre algo a la mujer?
En cuanto a la segunda, ya tiene guasa. Resulta que la policía ha apresado a los dos timadores cuando estaban a punto de hacer la prueba. Ya nos hubiera gustado ver como convertían los papelitos blancos en billetitos. Lo mejor es que había ya posible “timado” a la vista. Lo dicho, hay veces que los timados merecerían más castigo que los timadores (recuerdo la escena del timo de la “estampita” en la película Los Tramposos).
Además, Ratzinger Z ha decretado Año Jubilar en Tarragona en 2008, en honor de San Fructuoso, a quien no tenía el gusto de conocer. Lo que quiere decir que si me convirtiera, el año que viene, podría conseguir la “indulgencia plenaria” y con ella librarme del infierno eterno, ese que acaba de volver a existir, que más que a un lugar de castigo eterno se parece al Guadiana.
Ahora resulta que el Delta del Ebro se ha convertido en una de los destinos de la principal ruta del chocolate que llega desde Marruecos, en lanchas a 120 km. por hora.
Y para terminar, aparecen tres tiburones en la playa del Miracle, así se tenía que llamar, o ¿no es un milagro un tiburón en una playa de Tarragona? Deben ser ejemplares perdidos de una manada pero, diganme que hubiéramos dicho si esta escena la filman Fellini o Buñuel. Y es que la realidad supera con creces, a veces, a la ficción. Porque lo de Spielberg era fácil en el Pacífico, pero en el Mediterráneo, hay que tener imaginación. Y encima ni muerden ni nada. Ya nada es lo que era.
En fin, Tarragona es noticia en agosto: timadores, jueces locos, chocolate para todos, tiburones mansos y año jubilar. ¿Hay quién dé más?
Salud y República
2 comentarios:
‘Veramente’ ―que dicen los italianos― el caso de los nigerianos que querían estafar a un empresario me retrotrae, igual que a ti, a los tiempos de “Los tramposos”. Habría que saber a qué negocios se dedica el tal ‘empresario’. No tendrá una óptica, no.
Con respecto a los líos que se traen el señor Papa y el señor Lucifer ―ya sabes: ‘Monse’ y ‘Luci’, respectivamente, para los amigos―, yo es que me pierdo. En qué quedamos: ¿hay o no hay infierno? Y sobre todo: ¿han arreglado ya el termostato? ¿Y el purgatorio? ¿El purgatorio es aquél lugar que está al fondo a la derecha o también me lo han cambiado de sitio? Me den el libro de instrucciones, porfa.
En cuanto al caso de los tiburones vegetarianos, también me intriga sobremanera. ¿No los habrán soltado, procedentes de algún acuario, los becarios de periodismo de la Autónoma de Barcelona para tener algo original que contar? En todo caso ―como muy bien dices―, ya nada es lo que era. Hemos pasado de las tradicionales ‘serpientes de verano’ a ―toma Jeroma pastillas de goma que son pa la tos― los ‘tiburones de verano’. Así, a lo bestia. No sé: me están entrando unas ganas de largarme de este país una temporadita e irme al Polo Norte a hacerme unas fotos en pelotas, que pa qué.
Yo no lo achacaría al "exceso" de noticias que se producen en Tarragona, sino más bien a la falta de gana del becario de turno de buscar noticias...
Tremendo lo del juez. Otro caso demente en nuestra justicia...
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