España, no Ejjpaña

Ha muerto Fuentes Quintana, vicepresidente económico en un gobierno de Adolfo Suárez. Estuvo en el cargo siete meses. Y fue el precursor de los Pactos de la Moncloa. Seguramente el acuerdo social más importante, después de la Constitución. Esos pactos, que fueron aprobados por todos los sectores sociales, dieron una estabilidad política y necesaria en aquellos momentos de la transición. Hombre proveniente del régimen que supo aceptar la nueva democracia y que ayudó a consolidarla. No era un hombre de izquierdas, sin embargo, era, además de un gran economista, un hombre dialogante y que buscó el consenso siempre. Entendió cuál era el camino a seguir rápido, a pesar del lastre de sus antecedentes franquistas.

Con él, Adolfo Suárez, Gutiérrez Mellado, Fernández Miranda, Herrero de Miñón, Abril Martorell, Garrigues Walter, Pío Cabanillas, y tantos otros, demostraron que ser de derechas significaba defender unos intereses determinados sin tener que ser totalitarios y anteponiendo una capacidad de consenso digna de demócratas de toda la vida, con un absoluto respeto al Estado de Derecho. Algunos todavía viven, otros han muerto, pero deberíamos estar agradecidos a esta generación de políticos de la derecha que supo entender que este país debía recuperar la democracia a pesar de los grandes movimientos involucionistas que existían y contra los que ellos también lucharon.

¿Dónde están estos demócratas de derechas? ¿Qué ha ocurrido para que hoy tengamos esta derecha? ¿Por qué se han malogrado las semillas que aquellos políticos sembraron? No tengo la respuesta. Lo que sí puedo decir es que cualquiera de los nombres que nos puedan venir a la cabeza de los componentes de la oposición actual (Rajoy, Aznar, Aguirre, Acebes, Zaplana,…) no les llegan ni a la altura de sus zapatos. Y claro, así nos va.

Gracias a Fuentes Quintana. Gracias a todos ellos, que a pesar de ser conservadores y tener una ideología contraria a la mía, fueron capaces de concebir una España donde podíamos caber todos. Esto sí es amor a España y no las zarandajas de las banderitas, himnos y mentiras alucinantes y sectarias.

Esa es la diferencia entre España y Ejjpaña.

Salud y República