Hoy se ha presentado Pelando la cebolla, la última obra del nobel aleman. Esta autobiografía levantó una gran polvoreda cuando se presentó en Alemania, hace casi un año. En ella, Grass admite haber pertenecido voluntariamente a las Waffen-SS de Hitler a los 17 años.
Günter Grass, seguramente el escritor alemán vivo más reconocido, siempre ha significado, para muchos de sus compatriotas, el símbolo de la libertad y de la conciencia del país. Durante toda su vida ha sido un grano que les ha salido a los políticos, bien a los conservadores o a los de su propia ideología: los socialdemócratas. Ahora con esta confesión su pedestal se ha venido abajo para muchos.
La pregunta no es qué hizo entre 1944 y 1945, sino por qué calló hasta ahora, a pesar de haber escrito libros donde ha plasmado gran parte de su biografía. Dice, y parece que sinceramente, que muchos, él entre ellos, quedaron hipnotizados por una ideología que pretendía salvar al mundo.
Yo, que me he entusiasmado y emocionado con su obra (sobre todo: La ratona, El tambor de hojalata y Mi siglo), espero leerle para juzgar esta biografía. Sin embargo, he de confesar que como persona me ha decepcionado, aunque nunca haya sido para mí un referente especial. Desde luego, tiene todo el derecho a haberse equivocado, siempre que no haya habido delitos de sangre y parece que no, pero esa confesión, que llega a los ochenta años, es tardía y, entiendo que para muchos, difícilmente perdonable.
Grass seguirá siendo un gran escritor. Difícilmente podrá seguir siendo ese símbolo que muchos veían en él.
Salud y República
8 comentarios:
Aunque tarde, ha tenido el valor de confesarlo. No puedo imaginar porqué ha tardado tanto, pero supongo que cuando tienes una imagne pública como la que él tenía, debe ser difícil decidirse a contar ciertas cosas, sobre todo si te arrepientes de ellas o si ni tú mismo entiendes porqué lo hiciste.
Es entendible y humano, Rafa. Seguramente si nosotros fuéramos alemanes, tendríamos una culpa física y metafísica durante la vida entera.
Y tambien te digo que no conozco ningún país de nuestro entorno que haya hecho más autocrítica que Alemania... que haya dictado más leyes contra el nazismo y haya entonado más meaculpas, individuales o colectivos y la mayoría sentidos. Ya quisiera yo que en España alguien que vivió la dictadura y apoyó el fascismo, incluso con sus firmas en penas de muerte dictadas por Franco (por ej. Fraga), tuvieran el más mínimo arrepentimiento y autocrítica por haber apoyado a una facción del ejército y de la sociedad española que llevaron a España a una guerra civil y su consiguiente postguerra plagada de asesinatos "legales". Ni siquiera ahora, cuando se las quieren dar de demócratas son capaces de asumir una Ley de Memoria Histórica, un tanto descafeinada...
Un abrazo
Así que si Günter Grass ha admitido algo que hizo cuando era apenas un chiquillo, bienvenido sea su valor. Nunca es tarde. Y para mi seguirá siendo un referente... todos tenemos un fantasma en nuestro armario y algunos puede que nunca lo saquen. El lo sacó a pesar de que sabía que habría muchísimas personas que no se lo iban a perdonar...
Si, yo suscribo punto por punto lo dicho por Blanca.
Todos tenemos alguna cosa de la que arrepentirnos, pero no todos tenemos la valentía de hacerla pública.
Salud
Lo peor de todo es que lo haya confesado durante la promoción de su libro. No hay que ser muy malpensado para suponer que quiere explotarlo comercialmente.
La verdad es que el hecho de que haya confesado haber pertenecido a las SS a los 17 años no le resta para mi ni un grano de aprecio y admiración, creo que seguirá siendo todo un referente de la socialdemocracia europea ¿Porqué? porque n se puede juzgar a alguien por algo que hizo cuando tenía 17 años (Tengo 22 años y cuando pienso en lo que hacía, decía y pensaba cuando tenía 17 me sorprendo a mí mismo, en serio..)
Un saludo
No he leído nada de él, por tanto no puede juzgar su literatura.Me lo apunto. En cuanto a que diga que fue miembro de las SS a los 17 años en la Alemania nazi, pues qué quieres que te diga, y quién no perteneció al movimiento nazi en aquella época. Hay que atenerse a los contextos y a las situaciones para juzgar. Me parece bien que lo diga ahora como me parecería bien que no lo dijera.
EL GUNTER GRASS PARAGUAYO
(X Luis Agüero Wagner, comentario publicado en “La Naciòn” de Asunción, 19 de octubre de 2006 )
Gunter Grass paraguayo, Alcibiades González Delvalle, sigue guardando un sepulcral silencio sobre su siniestro pasado como policía de Stroessner, a pesar que esta gravísima acusación ya ha recorrido el mundo a través de agencias noticiosas extranjeras y se ha publicado en innumerables sitios web y periódicos locales como noticia insólita. A diferencia del escritor alemán que tuvo el coraje de confesar de motu proprio su paso por las Waffen SS durante el régimen de Adolf Hitler, su homólogo local temblando de cobardía opta por intentar esconder su deshonroso paso por la policía estronista, que lo integró como oficial por decreto 13.125 el 9 de noviembre de 1960. ¿Qué méritos hizo Alcibiades González Delvalle para ascender el 7 de septiembre de 1962 a oficial 1º de Policía por decreto 24.581, firmado por Alfredo Stroessner y Édgar L. Ynsfrán? ¿Cuántas veces aplicó la picana eléctrica? ¿A cuántos integrantes del FULNA o del Movimiento 14 de mayo apresó? ¿Cuántos "comunistas" pileteó?
Grandes misterios sin resolver, enigmas sin respuesta perdidos en la nebulosa del pasado de este privilegiado zoquetero del gobierno municipal colorado de Enrique Riera y referente periodístico de la ultraderecha tilinga: Alcibiades González Delvalle.
Olvidan sus abogadas al pretender defender a este chancho de su chiquero periodístico, cuánto dinero robado durante la dictadura a las arcas de la intendencia del ejército, a la Flomeres, IPS y el Banco Nacional de Fomento costó al pueblo paraguayo la inauguración de los medios de comunicación que le valieron su ascenso al coronel Pablo Rojas. Así como tardaron 30 años para descubrir que el país vivía bajo una dictadura, y hoy no terminan de jactarse de la lucha que la National Endowment for Democracy les financió contra la fase terminal del régimen que les proveyó los recursos para inaugurar sus medios de comunicación, no es extraño que lleven 46 años sin enterarse que el impoluto moralista de la pluma Alcibiades González Delvalle sirvió como tenebroso policía de Stroessner durante la etapa más sangrienta de la dictadura.
A mediados de este año el mundo se enteró, en revelación hecha por el mismo interesado, que el escritor alemán Gunter Grass sirvió unos meses, a los 17 años de edad, en las Waffen SS y de que ocultó por sesenta años la noticia, haciendo creer que había sido soldado en una batería antiaérea del ejército regular alemán. No sorprende en absoluto que Grass ocultara su pertenencia a una tropa de élite visceralmente identificada con el régimen nazi, de tan siniestra participación en tareas de represión política, torturas y exterminación de disidentes y judíos, aunque, como ha dicho, él no llegara a disparar un solo tiro antes de ser herido y capturado por los norteamericanos.
Pero a diferencia del ex policía de la etapa más sangrienta de la dictadura Alcibiades González Delvalle, Gunter Grass no esperó a que aquel remoto episodio de su juventud llegara a conocerse por otras fuentes, echando sombra sobre su nombre y reputación de escritor comprometido. Dentro de algunos meses, ya nadie recordará el paso del escritor alemán por las SS pero la gloria de su trilogía novelesca de Danzig, en especial "El Tambor de Hojalata", se mantendrá intacta.
No sería ecuánime que el mismo destino tuvieran quienes como el policía de la cultura decidieron escudarse, y no en el talento ni el compromiso que nunca tuvo en abundancia, sino en el posicionamiento alcanzado mediante políticos corruptos, intereses foráneos y el olvido propio de una sociedad impura.
EL GUNTER GRASS PARAGUAYO
(X Luis Agüero Wagner, comentario publicado en “La Naciòn” de Asunción, 19 de octubre de 2006 )
El Gunter Grass paraguayo, Alcibiades González Delvalle, sigue guardando un sepulcral silencio sobre su siniestro pasado como policía de Stroessner, a pesar que esta gravísima acusación ya ha recorrido el mundo a través de agencias noticiosas extranjeras y se ha publicado en innumerables sitios web y periódicos locales como noticia insólita. A diferencia del escritor alemán que tuvo el coraje de confesar de motu proprio su paso por las Waffen SS durante el régimen de Adolf Hitler, su homólogo local temblando de cobardía opta por intentar esconder su deshonroso paso por la policía estronista, que lo integró como oficial por decreto 13.125 el 9 de noviembre de 1960. ¿Qué méritos hizo Alcibiades González Delvalle para ascender el 7 de septiembre de 1962 a oficial 1º de Policía por decreto 24.581, firmado por Alfredo Stroessner y Édgar L. Ynsfrán? ¿Cuántas veces aplicó la picana eléctrica? ¿A cuántos integrantes del FULNA o del Movimiento 14 de mayo apresó? ¿Cuántos "comunistas" pileteó?
Grandes misterios sin resolver, enigmas sin respuesta perdidos en la nebulosa del pasado de este privilegiado zoquetero del gobierno municipal colorado de Enrique Riera y referente periodístico de la ultraderecha tilinga: Alcibiades González Delvalle.
Olvidan sus abogadas al pretender defender a este chancho de su chiquero periodístico, cuánto dinero robado durante la dictadura a las arcas de la intendencia del ejército, a la Flomeres, IPS y el Banco Nacional de Fomento costó al pueblo paraguayo la inauguración de los medios de comunicación que le valieron su ascenso al coronel Pablo Rojas. Así como tardaron 30 años para descubrir que el país vivía bajo una dictadura, y hoy no terminan de jactarse de la lucha que la National Endowment for Democracy les financió contra la fase terminal del régimen que les proveyó los recursos para inaugurar sus medios de comunicación, no es extraño que lleven 46 años sin enterarse que el impoluto moralista de la pluma Alcibiades González Delvalle sirvió como tenebroso policía de Stroessner durante la etapa más sangrienta de la dictadura.
A mediados de este año el mundo se enteró, en revelación hecha por el mismo interesado, que el escritor alemán Gunter Grass sirvió unos meses, a los 17 años de edad, en las Waffen SS y de que ocultó por sesenta años la noticia, haciendo creer que había sido soldado en una batería antiaérea del ejército regular alemán. No sorprende en absoluto que Grass ocultara su pertenencia a una tropa de élite visceralmente identificada con el régimen nazi, de tan siniestra participación en tareas de represión política, torturas y exterminación de disidentes y judíos, aunque, como ha dicho, él no llegara a disparar un solo tiro antes de ser herido y capturado por los norteamericanos.
Pero a diferencia del ex policía de la etapa más sangrienta de la dictadura Alcibiades González Delvalle, Gunter Grass no esperó a que aquel remoto episodio de su juventud llegara a conocerse por otras fuentes, echando sombra sobre su nombre y reputación de escritor comprometido. Dentro de algunos meses, ya nadie recordará el paso del escritor alemán por las SS pero la gloria de su trilogía novelesca de Danzig, en especial "El Tambor de Hojalata", se mantendrá intacta.
No sería ecuánime que el mismo destino tuvieran quienes como el policía de la cultura decidieron escudarse, y no en el talento ni el compromiso que nunca tuvo en abundancia, sino en el posicionamiento alcanzado mediante políticos corruptos, intereses foráneos y el olvido propio de una sociedad impura.
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