30 mayo 2017

Moix. Un fiscal con paraíso fiscal

Fiscal al cuadrado. Lo es de oficio y lo es por ser dueño de una sociedad en un paraíso fiscal. Todo muy fiscal. Y más si dicho personaje es el encargado de luchar, en nombre de todos los ciudadanos españoles, contra la corrupción.

Nunca ningún fiscal anticorrupción había salido tanto en los papeles. Es más, la mayoría de sus antecesores han pasado por ese puesto de forma desapercibida. Sin embargo, el tal Moix, desde antes de ser nombrado Fiscal anticorrupción ya era famoso. Famoso por ser favorito de peperos de pro como Zaplana y el expresidente encarcelado Ignacio González.

Luego ha venido todo lo demás. Desde sus actuaciones ventajosas para los implicados en el caso del Canal de Isabel II –Moix, que entonces era fiscal general de Madrid, aseguró que no existía indicio alguno que permitiera la más leve sospecha--; una broma corrupta que ahora se está valorando en unos cuantos millones de euros y que han dado con los huesos de González en la cárcel, y que para Moix no existía. Más tarde, quiso parar un registro contra el expresidente, y lo evitaron los fiscales del caso. También relevó a fiscales en Murcia porque procedían contra Pedro Antonio Sánchez, hoy doblemente imputado, al que defendió y sigue defendiendo. Por todo lo anterior, por unanimidad de toda la oposición, tanto él como su jefe el Fiscal General del Estado y el Ministro de Justicia han sido reprobados por el Congreso de los Diputados, aunque sigue en su puesto, a pesar de que cada día levanta más sospechas y se sabe más sobre sus dudosas actuaciones.

La última de Moix es lo que ha descubierto Infolibre. Tiene un 25% de propiedad de una sociedad off-share en Panamá. Lo que le faltaba. Resulta que a todo lo anterior, que ya es suficiente para que se marchara, hay que sumar que nuestro gran jefe de la lucha contra la corrupción es copropietario de una sociedad en paraíso fiscal que tiene un chalé de lujo en Collado Villalba.

La sociedad la abrió su padre en 1988 y una hermana del fiscal Moix actuó de apoderada. Esta sociedad con la propiedad del chalé pasó a los cuatro hermanos, a la muerte del padre, en 2011. Hoy, sigue abierta. Pues bien, este personajillo de tres al cuarto nos quiere hacer creer que él y sus hermanos no sabían nada hasta que murió su padre hace seis años, cuando se ha probado que su hermana ya actuó como apoderada hace 29 años. Y va más lejos. Cuando se le pregunta por qué, una vez conocida que esa propiedad heredada tenía su base en Panamá, no se cerró, este elemento aduce que es muy caro cerrar una sociedad así, y que alguno de sus hermanos no ha tenido fondos para hacerlo.

Una milonga de tres al cuarto. Según investigaciones de Infolibre, cerrar una sociedad en Panamá puede costar como mucho 400 euros. O sea, 100 por hermano. Y el fiscal del paraíso fiscal nos quiere hacer creer, mintiendo una vez más, que en más de cinco años no han tenido 400 euros para cerrarla. Nos miente y nos cree gilipollas. Lo primero lo puedo entender si es para defenderse –los acusados tienen derecho a defenderse como sea--, pero llegar a decir una estupidez de tal calibre es propia de un descerebrado o de un individuo que cree tener toda la impunidad del mundo. De hecho Rajoy, como siempre hace, le ha dado su confianza –lo que hizo con Fabra, con Matas, con Bárcenas, con…--
Al PP le importa un bledo que la Justicia se degrade, se hunda en la miseria, si el precio es salvarse como sea, con trampas, con mentiras, con desvergüenzas, con delitos.

¿Hasta cuándo tendremos que soportar tanta villanía, tanta corrupción, tanta inmoralidad, tanto peperismo lamentable? Desgraciadamente hasta que sus votantes quieran, y parece que todo esto, y lo que venga, les parece bien.

Salud y República


Si deseas que el fiscal Moix dimite, firma aquí, ya van casi 150.000 firmas

2 comentarios:

Genín dijo...

¿Dimitir?
¡Ya lo tenían que haber echado con cajas destempladas!
Pero claro, con este Gobierno, hace juego...
Salud

Pilar Abalorios dijo...

Malo cuando no pareces honrado, peor cuando se constata que no lo eres.
Y aquí seguimos