01 julio 2014

El Gran Pacto bipartidista está imponiéndose en Europa

Mucho se ha hablado del Gran Pacto. Y más que se hablará. Porque los grandes partidos: socialistas y conservadores, en algunos casos alineados con liberales, están llegando a acuerdos, tanto en Europa como en distintos países, para seguir con esta política que está ahogando al sur de Europa y que está abriendo una franja, cada vez mayor, entre los países del norte y del sur, donde los del sur (Italia, Portugal, Grecia y España) quedan siendo meros mayordomos de los países ricos.

Todos sabemos la importancia que tiene Alemania, y lo sabemos porque nos ha inoculado en vena aquello de que la letra con sangre entra, obligando a estos países a hacer sacrificios criminales que han empobrecido enormemente a sus ciudadanos, sobre todo a los ciudadanos más débiles.

Pues bien, en Alemania gobiernan juntos conservadores y socialistas, y tan campantes. Ahí ha empezado el Gran Pacto. Pero se trata de hacer una política común para seguir pisoteando a los países pobres y seguir abriendo la brecha de la Europa de las dos velocidades.

Bipartidismo2

Ahora en Europa se ponen también de acuerdo socialistas y conservadores para votar al candidato socialista a la presidencia del Parlamento Europeo y al candidato conservador a la presidencia de la CE (por cierto un individuo que ha sido presidente de Luxemburgo, lo más parecido a un paraíso fiscal en Europa).

O sea, están llegando a dividirse el poder y sus privilegios desde arriba. Hasta ahora lo que había era una alternancia, hoy esa alternancia se está cambiando por una gobernación conjunta, lo que perpetúa una mayoría absoluta compuesta que consigue hacer de la democracia un sistema títere donde la apisonadora funcionará aplastando a las minorías.

En España ya se ha hablado bastante sobre un posible Gran Pacto. Los grandes partidos, PSOE y PP, incapaces de digerir sus caídas electorales y viendo cómo suben los pequeños partidos, pueden preferir pactar entre ellos, aunque se denominen derecha e izquierda, que hacerlo con los otros partidos que pueden exigirles cambios sistémicos que no están dispuestos a realizar. Tienen que mantener ese bipartidismo que tantos réditos les ha dado, cambiando lo menos posible.

Las próximas elecciones generales pueden ser el punto de salida de ese Gran Pacto. Porque puede ser la única forma que tienen de seguir gobernando a su estilo, como hasta ahora, o sea con desprecio a las minorías y sirviendo --con bajada de pantalones incluida-- a la Troika y a Alemania. No están dispuestos a escuchar que hay necesidad de un proceso constituyente donde se revise una Constitución que ha quedado obsoleta, pero que ellos son capaces de mantener a cualquier precio antes que introducir cambios que les rebajen sus privilegios.

Quieren gobernar con comodidad, sin políticos que les impidan recorrer el camino que les han impuesto desde Europa, por eso hay un gran peligro: el Gran Pacto, ese del que se ha hablado tanto y que Felipe González, Arias Cañete y otros políticos del bipartidismo han defendido. Porque eso significaría una forma de mayoría absoluta de gran alcance e implicaría el final de la oposición, que quedaría infravalorada y despreciada por ese bipartidismo imperante.

Salud y República

1 comentario:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Cuando las estrategias electorales -y los negociados- pasan a ser el corazón excluyente de las alianzas, dejando de lado coherencias ideológicas y postulados fundacionales, nada bueno puede obtenerse, más que componendas espurias. Es lamentable que así sea.
Un abrazo