30 julio 2007

Y al final, la Muerte le dio jaque mate

Tengo aparcada una entrada con un meme y otra en la que deseo rendir homenaje a películas cuyo aniversario en números redondos se cumple este año. Sin embargo, no puedo saltarme un acontecimiento lúgubre pero importante: la muerte de Ingmar Bergman.

Soy gran aficionado al cine europeo, incluido el español. Creo que los americanos han hecho grandísimas películas, sin duda. Sin embargo, que le voy a hacer, prefiero, en general, el cine europeo. Hoy, también hay que decirlo, un poco devaluado. Pasó a la historia la gran época del cine italiano e incluso del francés, aunque mantiene el tipo un poco el alemán, el inglés y algo el español.

Si tuviera que hacer una lista de directores preferidos, no sé el orden, pero quien me conoce, sabe quienes son: las tres Bes (Buñuel, Bergman y Bertolucci) y Fellini. Bueno pues hoy, se ha ido el gran Ingmar Bergman. Ya sólo queda vivo Bertolucci.

Precisamente tenía que ser él. Una de las películas, que iba a comentar en el post que quiero preparar de homenaje a tres obras cinematográficas, era de él. Además, hace bien poco, quedé con unos amigos para que uno de estos días, será en breve, volvamos a ver: El Séptimo Sello. Ellos decían que no la veían nada especial y que era aburrida, y yo, empecinado, les dije que no era posible. Que hiciéramos un cine-forum en mi casa y que la comentáramos (de este mes no pasa), no me resignaba a que esta película no les dijera nada. Suelo entender que muchas películas que me gustan no sean del agrado de otros, o viceversa. Pero hacerme esto con El Séptimo Sello. Eso no puedo consentirlo.

Hoy justo hoy, a los pocos días de aquella discusión, a las pocas horas de haber pensado en él, se muere. Y me ha impresionado. Ya entiendo que todo el mundo se muere, sin embargo, como dice un amigo mío: “Éste es de los que no se tenían que morir”.

No sé a vosotros, a mí Bergman me ha proporcionado momentos muy gratos. Me ha hecho pensar. Me ha preocupado en cuestiones esenciales. Me ha hecho sufrir, sonreír, llorar, reflexionar, aprender, soñar.

No voy a hacer más extensiva esta entrada con la vida o filmografía de Bergman, eso lo podéis encontrar en cualquier sitio. Sólo os quiero transmitir mis preferencias del autor. De sus cincuenta películas, hay muchas buenas, yo me quedaría –qué difícil— con: El Séptimo Sello, Fresas Salvajes y Fanny y Alexander. Y si alguien está interesado en Bergman es imprescindible su biografía: La Linterna Mágica.

No me queda sino resignarme y rendirle un homenaje volviendo a ver sus magníficas obras. Como siempre ocurre, aunque la regateó varias veces, aunque pudo retrasar el golpe hasta los 89 años, al final, como sucede también en su mejor película, la Muerte le dio jaque mate.

Salud y República

5 comentarios:

la Guillotina dijo...

Gloria eterna.

Anónimo dijo...

Curiosamente, esta mañana dudaba en si escribir sobre el apagón de ayer en Mallorca o sobre la muerte de Bergman. Me incliné por lo primero porque pensaba rendirle un homenaje el sábado. Curiosamente también, la semana pasada volví a ver 'Fanny y Alexander'; de hecho, he estado repasando la filmografía de Bergman (qué horror, qué agorero) estos últimos días. Y creo que ninguna película suya puede haber firmado mejor su testamento cinematográfico que 'Saraband', que me parece, sencillamente, una obra maestra. Si no la habéis visto aún, la podréis encontrar en cualquier video club. Ya me diréis.

RGAlmazán dijo...

Manuel, Saraband es de las pocas películas de Bergman que no debo haber visto. La buscaré en un video-club. Ya te comentaré.

Salud y República

Vilos Cohaagen dijo...

Una pena lo del hermano de Ingrid (convendrás conmigo que ella era mucho más guapa) yo sólo vi "gritos y susurros" y me gustó, iré en busca de las otras pelis que mencionáis.

Un abrazo.

June Fernández dijo...

Aunque me gusta el cine, no soy una experta y, por desgracia, me quedan muchas asignaturas pendientes en cuanto a la filmografía de grandes genios. Bergman es uno de los que no he visto nada. Lo sé, es imperdonable. Si sirve de atenuante, tengo 22 años, y toda la vida por delante, jeje. Bueno, lo menos malo de que se muera un genio es que por algún motivo es un acicate para que las despistadas o incultas nos decidamos a ver sus obras.