Pantojadas y peperías

Mira que no me gustan las noticias del corazón. Mira que paso de ellas y apenas las veo. Mira que huyo de programas televisivos tan magníficos como los de la tarde. Pues nada. No he podido evitarlo, he caído. Acabo de decidir, por una cuestión sentimental, escribir sobre este importante, controvertido y determinante tema.

Si señores, la han detenido. Todos somos iguales ante la ley, pero, ¿No hay unos más iguales que otros? Dónde va a parar. ¿Acaso me puedo comparar yo con la Pantoja? Ni hablar. Ella es la reina, nosotros sus vasallos.

¿Cuál es la razón por la que ha sido detenida mi dignísima y amada Isabel? Tonterías, pequeñeces, fruslerías, bobadas. Por un “quítame allá esas pajas”. La verdadera razón es el odio que los de siempre tienen a los triunfadores, a los grandes, a los superiores. Lo demás, excusas. A ver si me van a decir que: por una simple rebaja de una inmobiliaria amiga; o por un poco más de un millón de euros que no se saben de dónde han salido; o por guardar ocho mil euros en el bolso para pequeños gastos; o porque su compañero el gran Julián Muñoz (exalcalde, injustamente acusado de corrupción) autorizó una licencia, el mismo día que su amada compró un apartamento con un 33% de descuento, a la inmobiliaria que lo vendía (había un pequeño inconveniente: la Junta de Andalucía había denunciado irregularidades en la obra); o porque tenía varias empresas con pérdidas, en los últimos años, y sin embargo derrochaba y vivía en la abundancia como nunca, se le puede hacer tal ignominia.

Y como ha dicho el PP, que lo ha dejado claro, como siempre. Ni jueces ni leches, la detención ha sido obra de Zapatero que así desvía la atención, y además tiene envidia.

Pobrecilla, con lo bien que canta. Hasta en eso la envidian, ahora resulta que los rojos de la SER la acusan de haberse equivocado en la letra de una canción. Según estos manipuladores debería decir: lenguas viperinas y nuestra amada Pantoja dice lenguas vespertinas. Ignorantes. Como si la lengua no pudiera ser perversa por la tarde o como si por la tarde no pudiera haber lenguas maledicientes.

No es de extrañar que el país se haya puesto en pié. Se levante y grite ante tanta iniquidad. ¿Quién no se equivoca al hacer la declaración de la renta? O ¿quién, alguna vez, sin mala intención, no ha engañado a alguien? Tenemos que perdonar a nuestros líderes y más si representan todo por lo que hemos luchado: nuestra españolidad. Hay que ponerse en pié de guerra, no se puede estar viendo tamaña injusticia y seguir sentados sin reaccionar. Recuerdo el oprobio que sufrió, tiempo ha, nuestra nunca olvidada Lola Flores, sólo por haber dejado de pagar a Hacienda toda la vida. ¿No habría que darles una especie de bula económica a estos personajes históricos, que nos representan por allende los mares? La Lola pidió, con gracia y salero como ella siempre hacía, una peseta a cada español para paliar la deuda. Y era lo menos. Sin embargo, que yo sepa, aparte de mi modesta persona, creo que sólo mi primo Nicasio que vive en Soria, pero que ama con pasión el folklore, le envió la modesta aportación. Otra injusticia más. No hagamos lo mismo con Isabel. Unos amigos han inventado una pulsera que se puede pedir en http://www.todosconlapantoja.com/ para ayudar a paliar esta tremenda infamia que ha sufrido.

Sólo me queda proponer, como ayuda, un slogan para esta promoción: ¡Qué chuli es esta pulsera!, perdón, quería decir: ¡Ca chuli es esta pulsera!

Y ya sabes, “Ayuda a la Pantoja, que además no es roja”

Salud y República