30 marzo 2017

Rajoy promete 4.200 millones a Cataluña, en cuatro años

Poderoso caballero es don dinero. Eso es lo que piensa Rajoy, y se ha lanzado a prometer lo que no ha cumplido durante los últimos cinco años. Que si el Plan de Rodalies, que si el Corredor del Mediterráneo, que si carreteras, que si… o que no. Hay varias cuestiones que me dejan ojoplático.

En primer lugar, convertirse en el Dios de la Pasta o el Zeus del Parné, hace a Rajoy feliz, eso sí, la duda viene cuando vemos cómo cumple D. Mariano. Porque prometer se le da bien, pero cumplir… Esa es la clave. Irá en serio o también esta vez será de boquilla. Lo de poner en marcha el Corredor del Mediterráneo y arreglar lo del Plan de Rodalies es una promesa incumplida reiteradamente. ¿Quién asegura que ahora va a cumplir?

En segundo lugar, aún suponiendo que esta vez lo cumpliera, que ya es mucho suponer, hacerlo es reconocer que era necesario antes, y lo ha dejado pasar hasta que ha visto cada vez más cerca el referéndum. Total, que no lo ha cumplido antes porque no ha querido y su incumplimiento ha cavado una grieta mayor en Cataluña.

En tercer lugar, no creo que los catalanes se dejen engañar con unas inversiones que deberían ya haber sido implementadas en los años anteriores. No parece que esta sea la solución para combatir el soberanismo, cuando se le ha estado alimentando durante cinco años. En 2011, los independentistas no llegaban al 25%, hoy están casi en el 50%. ¿Por qué no propuso estas inversiones hace cinco años?

En cuarto lugar, y es lo más importante, los catalanes se sienten agraviados por algo más que lo económico, algo que empezó con llevar al Constitucional un Estatuto para que lo tumbaran, después de haberlo aprobado en el Parlamento Español y los ciudadanos catalanes. Por cierto, en Andalucía, poco después, se aprobó un estatuto con cuestiones que el Tribunal Constitucional había declarado inconstitucionales en el de Cataluña. Este es el principio y la principal cuestión, la parte económica no ha hecho sino empeorar la situación.

La solución definitiva pasa por volver a aquel estatuto que fue aprobado por tirios y troyanos y despreciado por el PP e ilegalizado por el Constitucional, y en poner los medios para que se pueda efectuar un referéndum sobre la soberanía catalana. Pactado y con condiciones. A estas alturas no hay otra solución que pueda resolver el problema. La inanición de Rajoy durante los últimos cinco años ha acelerado un estado donde el gobierno catalán ante cualquier problema, de cualquier índole, exagera y se escuda en su sentimiento independentista.

No es sólo una cuestión de dinero. No se puede tapar todo con dinero. Hay cuestiones políticas que quedaron enterradas por una actuación lamentable del Partido Popular y son las que deben ser desempolvadas. Con el estatuto catalán de 2006 que aprobó el parlamento español y los ciudadanos catalanes, hoy no existiría esta confrontación.

No queda otra, los catalanes tienen que votar. La solución pasa por crear las condiciones para que pueda hacerse de forma pactada. Estoy seguro de que la voluntad mayoritaria de los catalanes no es ser independendientes, pero hoy no queda sino comprobarlo, se ha llegado demasiado lejos. Prohibirlo puede seguir haciendo crecer el independentismo.

Salud y República

1 comentario:

Genín dijo...

Aquí, en Andalucía los políticos ya tiran de demagogia diciendo que a ver si van a tener que pedir la independencia para que les suelten la pasta...jajaja
Los españoles no tenemos remedio...
Salud