05 julio 2016

Necrología de un hombre bueno: Antonio Aramayona

Cuando menos lo esperas, se hace de noche y aparece una estrella nueva. Su resplandor nos alumbra el camino, un camino forjado durante muchos años con hoz y martillo, golpe a golpe, sin desmayo, con fortaleza. Y ahí está Antonio, desde hace apenas unas horas, con luz propia marcándonos la senda que sabiamente nos trazó. Marcando su propio final con precisión y valentía.

Antonio era amigo de mis amigos, los Pekos, y como tal lo conocí. Seguí, desde este mundo virtual sus escritos y sus libros. Escribo con los ojos húmedos, recordando a este pequeño gran hombre. Sencillo, humilde y sin embargo tan necesario para su gente.

Fue profesor de filosofía y disfrutó haciendo su trabajo. Durante toda su vida defendió coherentemente sus ideas, ideas siempre solidarias con los más débiles. Y cuando se jubiló decidió combatir directamente en un campo de batalla que le era adverso.

He coincidido con Antonio en tres o cuatro actos en Madrid y sobre todo pude gozar de su compañía cuando celebró su tercer año delante del portal de la Consejera de Educación en Zaragoza. Y allí pude ver cómo la policía, en un acto ridículo, tomó nota de los treinta que estábamos para luego citarnos judicialmente. Por el mero hecho de acompañar a Antonio, de solidarizarnos con él, ante una protesta justificada: los recortes en la Educación.

Hoy, Antonio, ha decidido bajarse de este mundo. Lo explica muy bien –como siempre ha hecho con todo— en su último artículo. Sólo su libertad le hizo pensar que era el momento justo. Ni más ni menos. Encontró que la vida era también morir, y que morir en el momento adecuado era lo que quería hacer.

Fue un gran defensor del Laicismo, presidió la asociación MUHEL de Aragón durante años. Se enfrentó, siempre de forma pacífica pero con energía, con el alcalde socialista de Zaragoza, Bellocq, que como bien se sabe, defendió, mientras duró su reinado, algo cercano al nacional-catolicismo.

Siempre, activista total, se enfrentó con el poder, pero hoy ha decidido decir basta. Estaba en su derecho aunque me joda enormemente. Ha llevado la coherencia hasta el último momento. Hoy ya forma parte del firmamento, y es una estrella que sin duda brillará eternamente, mientras que sus amigos y conocidos nos acordemos de él, de su lucha, de su vida.

Después de haberle conocido, de haberle leído y escuchado no puedo por menos que decir que su influencia me ha abrazado, que sus sentimientos y pensamientos son también los míos.

Parece que cuando alguien se va, los elogios surgen de todas partes. Por eso, no quiero excederme en ensalzarle, a él no le hubiera gustado. Con los ojos húmedos, su acto me ha provocado una gran contradicción –él diría hegeliana--, por un lado, siento que ha vencido a la vida, que la ha dominado, que la ha dejado cuando ha querido, que ha cabalgado en su coherencia hasta el final, pero, por otro lado, tengo el dolor de esa ausencia que me provoca pensar que no podré leer más sus sabios escritos, que no le podré acompañar más en sus charlas. Y eso me hace decir, con rabia: ¡¡MIERDA!!

Siempre en mi recuerdo, compañero del alma.

5 comentarios:

Genín dijo...

Q.E.P.D aunque no le conocia...
Salud

Antonio Fdez de Miguel "Peko" dijo...

Los Pekos, los 17, te agradecemos el precioso artículo que dedicas a tu amigo, a nuestro amigo Antonio Aramayona Alonso, .....esta noche me levanté a la ventana para verle andar entre las estrellas, a él el más rutilante pero estaba nublado y no le ví, me le tuve que imaginar. Luego te llamo, Rafa y desde hoy, si es posible, te quiero más. Salud . 17 Pekos.

Unknown dijo...

A todos los que conocimos a Antonio Aramayona nos ha dejado una impronta en el alma.
Su coherencia, su perseverancia en sus luchas, ser auténtico...

Mierda! ya no está. Pero él se fue libre, como libre vivió.

Gracias por tu entrada Rafa.

un abrazo,

Marta

Silvia dijo...

Antonio fue mi maestro y mi amigo. Gracias por este artículo, suscribo cada una de tus palabras. Gracias por ser capaz de escribirlas. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Te acompaño en el sentimiento Rafa.
Te ha salido un escrito precioso que a él (que yo no conocí) seguro que le hubiera encantado.

Besos