03 enero 2015

De Guindos sigue en el guindo

Hay personajes y personajillos. De estos últimos los tenemos que son capaces de trepar a pesar de su penoso historial. Son trepadores natos, y su objetivo máximo es llegar lo más arriba posible cueste lo que cueste. Suelen ser muy fieles con sus jefes y capaces de obedecer a cualquier precio. Su situación les lleva a vivir fuera de la realidad, ellos inventan su mundo paralelo al real y les importa poco estar dentro de esa burbuja virtual siempre que les sirva a él y a sus amos.

Bien, pues uno de ellos es el ministrillo de Economía, Luis de Guindos. Un hombre rque llegó al ministerio después de liderar en Europa el banco Lehman Brothers, uno de los causantes de la crisis económica. Ese fue su primer activo, haber sido corresponsable de una crisis que dura ya casi siete años. 

Al contrario de su compañero de Hacienda es más discreto con la lengua pero igual de pernicioso para las capas débiles en sus actos. Es uno de los grandes responsables de los recortes que nos han hundido en la más mísera miseria, para lo que quizá le haya servido la experiencia de Lehman Brothers. Está claro que lo que toca lo destroza.

Sin embargo, y a pesar de ser menos lenguaraz que su amigo Montoro, también se le va la fuerza por la boca de vez en cuando. No hace mucho echó la culpa del hundimiento de Caja Madrid y Bankia al gobierno anterior y al anterior gobernador del Banco de España, que ciertamente tuvo parte de responsabilidad, pero se olvidó de algo importante, a Blesa lo nombró Aznar, su compañero de pupitre, y que a la mayoría de los consejeros de la entidad fueron nombrados por su partido.

De Guindos

Y lo último que se le ha ocurrido decir es que en España quien tiene trabajo ya no tiene miedo a perderlo porque la crisis se ha acabado, y se ha quedado tan pancho. O sea en un país con 5,5 millones de parados, con un 90% de trabajadores en situación precaria, con continuos ERE’s provocados por la reforma laboral, con muchos parados –cada día más— que no reciben ningún tipo de prestación, con trabajadores que cada vez cobran menos y apenas llegan a fin de mes, resulta que los que todavía tienen empleo se sienten seguros. Pero, ¿este hombre es idiota o se lo hace? ¿Cómo es posible que se pueda llegar a ministro con estas ideas? ¿Este tío ha salido alguna vez a la calle para ver lo que pasa?

Está claro que De Guindos no se ha caído del Guindo’s planet. Sigue ahí en su mundo virtual, en el que cree sólo él y sus correligionarios. Ese mundo en el que manda la Troika y al que sigue a pies juntillas su jefecillo Rajoy y todos sus compañeros ministros.

Y para demostrar que este tipo lleva viviendo en ese planeta imaginario desde hace más de diez años, les copio una frase que dijo siendo secretario de economía con Aznar, allá a finales de 2003: En España no hay burbuja inmobiliaria, sino una evolución de precios al alza que se van a ir moderando con más viviendas en alquiler y más transparencias en los procedimientos de urbanismo.

Después de haber seguido a este visionario hemos de convenir que lo más normal, con esa habilidad, es que ayudara a hundir Lehman Brothers --causa del inicio de la crisis económica de los últimos ochenta años-- y… que después le repescara Rajoy para ministro de Economía.

Todo eso estaría bien si este país fuera un cortijo privado de Rajoy –así lo deben creer estos peperos--, lo que pasa es que Rajoy y de Guindos están dando una patada a este país, con el pie de Merkel y Cía, en el culo de los ciudadanos, sobre todo de los más necesitados.

Ojalá que este año, 2015, sea el último de esta banda de segadores de ilusión, de desmanteladores del Estado del Bienestar, de peperos inhumanos a los que los enfermos crónicos o los dependientes se la traen al fesco, y que además presumen, sin el menor rubor, de subir el salario mínimo 3,3 euros, después de haberlo congelado tres años, y de aumentar la pensión 2,2 euros de media.

Esto es lo que hay, hoy. Esto es lo que no debe haber en 2016.

Salud y República

1 comentario:

Genín dijo...

Todos estos viven en su mundo, con sus colegas internacionales, nosotros somos una basura necesaria que hay que reciclar cuando llegan las elecciones para que ellos continúen con su estilo de vida, desde luego no será con mi voto... :(
Salud