06 septiembre 2013

¿Hubiera ganado el PP las generales si hubiera actuado decentemente?

Es difícil imaginar hasta dónde puede llegar esta gente. Son verdaderos falsarios, seguidores de una nueva religión: El falsismo. No tienen límites, y lo más grave es que además insisten en mantener su línea de actuación.

Empezaron mintiendo sin compasión en la campaña electoral. Ahí quedaron promesas imposibles, a sabiendas de que iban a hacer justo lo contrario. En la mente de los ciudadanos está todo lo que nos dijeron: No rebajarían la indemnización por despido, no subirían los impuestos, actualizarían las pensiones con el IPC, crearían puestos de trabajo –algún insensato llegó a prometer la creación de 3,5 millones de puestos de trabajo: González Pons—, no tocarían la Sanidad ni la Educación pública, etc. Justo lo contrario de lo que pensaban hacer y han hecho. Sólo por esto se puede afirmar que este gobierno sabía que no podría cumplir y engañó a conciencia y sin el menor pudor a los ciudadanos. ¿Hubiera ganado el PP las elecciones de haber dicho lo que pensaba hacer?

Pero ahí no queda la cosa. Las mentiras han seguido llegando, sin parar. El caso Bárcenas es otra gran mentira del PP. Siguen negando evidencias, siguen empeñados en mantener sus mentiras a pesar de que se están descubriendo una por una. Y ahí están, con una trama de corrupción, de financiación ilegal, con su extesorero en la cárcel, y sin que haya habido ni una sola dimisión. ¿Hay quién dé más?

Dicho y hecho. PP

Bueno, pues en plena vorágine, se dedican a celebrar su Escuela de Verano en Gandía y para colmo han elegido el lema: Dicho y hecho. Y por si hubiera alguna duda, Gonzáles Pons aclara que es para demostrar que este gobierno está llevando a cabo lo que prometieron en su programa electoral. ¡Qué cara más dura! En vez de callarse, presumen de lo que dijeron y hacen, o sea de sus mentiras. Y es que están convencidos de que repitiendo esas mentiras son capaces de convencer al personal.

Cabe dudar de si se habrán leído su propio programa electoral. Y para colmo si a sus mentiras añadimos que ahora sabemos que concurrieron a las elecciones financiando su campaña con donaciones ilegales, completan la felonía. Su mentira es total. Francamente, dudo mucho de que, a pesar de la gran ocasión que les brindaron desde el PSOE, el PP hubiera ganado las elecciones de haber actuado decentemente.

Lo que si podemos afirmar es que ganó con trampas, con promesas mentirosas y con recursos económicos conseguidos ilegalmente. ¡Hay quién dé más!

Por ello, sin ningún género de dudas, si tuvieran vergüenza deberían dimitir y convocar nuevas elecciones generales.

Salud y República

6 comentarios:

Antonio Rodriguez dijo...

Esa pregunta es de las de Felipe II. Si hubieran dicho la verdad sobre lo que iban a hacer y se conociera toda la trama de financiación ilegal, sería de locos pensar que pudieran haber ganado las elecciones.
Por eso mintieron, para ganar una elecciones que otra manera jamas podrían haber ganado.
Salud, República y Socialismo

Antonio Rodriguez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Genín dijo...

Estoy de acuerdo contigo, pero estos de dimitir nada de nada, no dejarán nunca de chupar de la teta, con lo rico que es, y lo peor es que volverán a ganar, a pesar de todo, los socialistas están hasta el moño de corrupción y la gente harta de ellos, ya ves como van las cosas en Andalucía donde gobiernan,un ejemplo tonto pero que me acaba de pasar a mi, desde que me han mandado hacer una analítica hasta que la tenga el médico van a pasar 23 días, con suerte, para morirme sesenta veces si tengo algo jodido, otra que va a gobernar sin haber ganado unas elecciones,no se ve ninguna diferencia entre un gobierno de izquierdas y uno de derechas, eso si, el absentismo va a ser sonado...
Salud

Nieves LM dijo...

Dimitir? por favor, ni locos. Son unos embusteros patológicos.

Camino a Gaia dijo...

No es la decencia sino la caradura lo que les ha llevado al poder.
Un saludo

Camino a Gaia dijo...

No es la decencia sino la caradura lo que les ha llevado al poder.
Un saludo