31 diciembre 2016

La palabra del año: Populismo ¿Quiénes son los populistas?

La Fundéu BBVA ha elegido “Populismo” como la palabra de 2016.

Desde las viejas instancias, desde los partidos viejos, todo lo nuevo que aparece les parece populista. Todo lo que sea salirse de los cauces que ellos han impuesto, de su forma de hacer, de su forma de pensar, es populismo. Y desgraciadamente lo utilizan como arma arrojadiza para evitar que nuevos contendientes entren en la arena política y les arrebaten parte del poder que ellos siempre han tenido y creen tener derecho a poseerlo a perpetuidad.

Todo lo meten en el mismo saco, en el saco del populismo, para denostar a sus nuevos adversarios. Así, en este país, tanto para el PP, como para el PSOE –también para Ciudadanos, lo que demuestra que aunque parezca un partido nuevo, es viejo, es una prolongación del PP--, el partido “Podemos” es populista. No se cansan de repetirlo, por aquello de Goebbels, ya saben, una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad.

Pero si analizamos lo que significa la palabra nos podemos encontrar con que los populistas son los otros. Según la aceptación popular –la RAE, como siempre, va detrás de la calle--, podríamos decir que populismo es la llamada emotiva al ciudadano y la oferta de soluciones a problemas concretos, a sabiendas de que no se pueden cumplir, con el fin de conseguir votos o adhesiones.

Bien, pues veamos por ejemplo el caso del PP, recordemos todas las promesa que hizo en las elecciones en 2011 (ya habrá tiempo de estudiar las de 2016), relativa a impuestos, pensiones, salarios, regeneración, etc. Todas mentira, fueron buscando la emotividad del ciudadano ofreciendo soluciones falsas, a sabiendas que no se podían cumplir, y todo ello para conseguir votos. ¡Esto sí que es populismo! Un hecho como éste les hace merecedores de ser los más grandes populistas, a pesar de que insisten en que ellos son los “sensatos”,  los serios”, “los verdadero políticos”, mientras que los políticos de Unidos Podemos son simples populistas incapaces de hacer propuestas serias. ¡Qué barbaridad!

Del PSOE, poco hay que decir, salvo que siguen tratando de apuntalar ese bipartidismo, hoy mermado, a costa de mantener en pie, el cuerpo corrupto de San Mariano, y para ello se alían con el populismo puro y duro.

Y de Ciudadanos, ¡qué decir! Que se suman al populismo de Rajoy y sus muchachos, con un cuñadismo pernicioso, aparentando ser un nuevo modelo, aunque con una incapacidad total para cambiar nada. De hecho, su fin parece ser reforzar al Partido Popular. Eso sí, ellos buscarán, ya lo verán, acomodo entre las filas populares, cuando su proyecto haya cumplido su misión: el apuntalamiento del PP.

Salud y República

1 comentario:

Genín dijo...

Yo creo que se confunde mucho demagogia con populismo, en realidad no es que unos lo sean y otros no, lo son absolutamente todos
Salud