13 diciembre 2013

Bienvenido Mr. Adelson, y adiós

Una desgracia, pobre Ignacio González, había que verle, a punto de llorar. ¡Vaya drama! Se le ha ido el chollo, Eurovegas era su salvación electoral. Como si no supiera desde hace meses lo que iba a pasar. Y es que es un mal político y un mal intérprete, y sólo ha recordado a Pepe Isbert en Bienvenido Mr. Marshall en el guión –os debo una explicación y esa explicación os la voy a dar…—, porque ha jugado --hasta que la empresa Las Vegas Sands ha elaborado y distribuido el comunicado-- a seguir alardeando de Eurovegas.

Y ha ocurrido lo que sabemos, se ha repetido la historia. Entonces la crítica sórdida, mordaz y veraz que el gran Berlanga reflejó en la película ‘Bienvenido Mr. Marshall’ ha resucitado. Hoy, todo el PP, empezando por la expresidenta de la CAM, Espe Aguirre, y el actual presidente y heredero, Ignacio González, después de haber puesto alfombras de oro al tal Adelson, se han quedado con un palmo de narices.

eurovegas no

Hace meses que la oposición lo venía diciendo. Adelson estaba jugando con Madrid, para poder competir ventajosamente en Asia, en donde será el definitivo destino de la gran inversión. Ha utilizado a España como reclamo y el PP ha picado. Veían la gallina de los huevos de oro y se le han hecho los ojos chiribitas. Y hablaban, como en el cuento de la lechera, de un futuro lleno de puestos de trabajo, más de 250.000 decían sin rubor, y millones de visitantes al año.

Y todo falló, a pesar de que ellos ya habían arreglado cuestiones para las que incluso deberían cambiar leyes. No les importaba, era su solución. Qué importaba el tipo de negocio, ellos veían el paraíso, aunque otros vieran el infierno. Y todo era mentira. Había que permitir fumar, pues se cambiaba la ley; que se debía hace exenciones de impuestos, pues adelante; que había que facilitar que el dinero volase sin impedimentos, también; y si los sueldos debían ser bajos y con condiciones flexibles, sin problemas.

Les pusieron el caramelo cerca de la boca, pero no les dejaron morderlo. Se cargaron su modelo de desarrollo. Y se quedaron como el pueblo de Villar del Río –de la película de Berlanga— viendo volar el invento, con una mano adelante y otra atrás.

Pero ahí están, ahora se hacen los gallitos y encima quieren hacernos creer que esto ha sido una ruptura forzada por el gobierno porque no ha querido ceder ante las imposibles peticiones del magnate. ¡Mentira podrida! Esto se veía venir. Todos menos los peperos que creen que se atan los perros con longaniza, y el nuevo Mr. Marshall, el millonario Adelson les ha meado encima y ha pasado de largo. No me digan ustedes que no es un déjà vu del film de Berlanga.

Por cierto, hoy es un gran día. La Comunidad de Madrid y Alcorcón no tendrán que sufrir una red mafiosa que pretendía leyes a la medida y hacer de este lugar una ciudad sin ley utilizada como cloaca, donde los beneficios irían directamente a un paraíso fiscal, y la mierda se quedaría en casa.

Salud y República