09 agosto 2010

Los veintiocho de La Pradera

Eran veintiocho vecinos de Alcaudete de la Jara. Apenas hacía veinticuatro días del final de la guerra civil, el 25 de abril de 1939. Sin ningún delito, por el solo hecho de ser de izquierdas, les sacaron de sus casas, les montaron en un camión y les fusilaron en un trinchera de una loma. Allí quedaron, cuerpos sobre cuerpos que luego cubrieron con tierra. Dicen que fue el capitán de la guardia civil quien dio la orden.

Ahora les han recuperado, después de un proceso largo y doloroso, y les han enterrado en el cementerio del pueblo. El hijo del guardia civil que dio la orden criminal ha ayudado a recuperar los cadáveres. Lo que le honra. Eso es reconciliación y no lo que muchos quieren tapar con una transición fallida y una ley corta y timorata.Ajusticiados_Alcaudete_Jara

Dicen que fue un acto memorable. Doscientos asistentes --que leyeron poesías, que evocaron recuerdos de esos mártires y que recordaron el nombre de los injustamente ajusticiados-- asistieron emocionados al entierro de estos hombres, con setenta y un años de retraso, pero satisfechos por haber cumplido con su deber. Con ese deber que tanto le cuesta cumplir a este Estado. Desde ahora los familiares y amigos podrán llevar flores a su gente. Con retraso, con dificultad, pero lo consiguieron .

Hoy Alcaudete de la Jara puede dormir en paz. Ha cumplido. Y como uno de los organizadores gritó al cerrar el acto:

“Habladle a los hijos y nietos de los 28 de la Pradera. Que no se olviden"

Sólo el afán de asociaciones de la memoria y de los familiares está consiguiendo enterrar a algunos de los cadáveres que yacen en las cunetas. Hoy, setenta y un años después, todavía el Estado no ha solucionado este problema y la mayoría de los jueces son incapaces de responder con una mínima sensibilidad a los casos que les presentan.

Hay algo que no podrán impedir, y es que la espita de la reivindicación por su dignidad se ha abierto. Que los familiares y mucha más gente no cejaremos en el intento y que lo que hoy ha sido posible con los 28 de La Pradera, se conseguirá con esos miles de cadáveres indignamente asesinados y todavía sin honrar ni enterrar.

Porque somos muchos los que queremos mantener vivo el deseo de Julia Conesa –una de las Trece Rosas asesinadas, hace 71 años—, cuando dijo al final de una carta a su madre, escrita horas antes de morir:

Que mi nombre no se borre en la historia

Salud y República

P.D. Foto de Luis Sevillano en El País

14 comentarios:

Txema dijo...

Así debe ser. ¡Ojala que esto sirva de ejemplo!

Y los que temen, algunos con evidente mala fe, que esto suponga remover heridas tomen buena nota.

saludos

Felipe Medina dijo...

Es de pena que sólo las asociaciones memorialistas tengan que ocuparse de la recuperación de los muertos por el terror franquista.

Tú lo dices y yo lo he repetido hasta hartarme de que es un deber del Estado dar amparo a sus ciudadanos vivos o muertos.

Corresponde al Estado el ser garante, con todos sus medios a su alcance, de la búsqueda y enterramiento digno de todas aquellas personas que fueron asesinadas.

Dejarlo a la buena voluntad de las Asociaciones es una irresponsabilidad y dejación de funciones que día si y día también se le debe recordar al Estado.

Según la Ley de Enjuiciamiento Criminal y normas concordantes será el juez el que dé levantamiento a los cadáveres.Pues ni eso.Los jueces no se dan por enterados y no aparecen en las fosas para el levantamiento de cadáveres.

Por mucho que se empeñen en 'silenciar' a los muertos en los distintos lugares esparcidos no conseguirán que se les dé sepultura digna.

Saludos

Anónimo dijo...

si todos los descendientes de los verdugos se comportaran como ese hijo (digno, valiente, humano) del guardia civil que dirigió los crímenes, las palabras reconciliación, perdón, borrón y cuenta neuva todavía podrían tener un significado.

Pero me temo que estamos ante un caso absolutamente atípico.



mitxel

Unknown dijo...

Emocionante post que me ha recordado una conversación que tuvimos, hace pocos días con mi hija Ceci. Me pidió todos los documentos de mi padre que aún conservo, el de su libertad condicional, el de una revisión de pana, su cartilla militar etc.
Dijo que quería el expediente de su juicio o Consejo de guerra. Que era por dignidad que alguna vez se tendrían que revisar los juicios inicuos y ella piensa formar parte de esta legión de españoles que reivindicamos que se haga justicia de una vez por todas para cerrar el libro de la dictadura y poder pasar página. Tiene 28 años.
No sé si este Alcaudete, es el mismo pueblo que el de alguno de mis amigos de la infancia que emigraron a Cataluña. Ahora voy a mirarlo y si lo es me alegraré doblemente.
Un abrazo.

Ciberculturalia dijo...

Efectivamente, un acto memorable que les honra a todos y que sirve, esto si y no la ocultación, para la reconciliación y el hermanamiento.
Cuándo aprenderemos que la técnica de la mentira, el olvido y la manipulación nunca podrá solucionar los crímenes de ese pasado tan doloroso y gris.

Me ha gustado tu entrada. Mucho.

Un beso

Jorge Sánchez dijo...

No puedo decir sino que me alegro enormemente. Lo bueno, si breve...

Martine dijo...

He vuelto a leer la carta de Julia y me he vuelto a emocionar..

Ojalá podamos decir:“Habladle a los hijos y nietos de todos los que siguen esperando una sepultura digna . Que no se olviden".

Besos emocionados, Rafa.

mariajesusparadela dijo...

El guardia Civil que dio la orden seguramente recibió la orden. (Y no estoy justificándolo).
Eran malos tiempos.
Lo triste es que hoy, que no lo son, no se ponga remedio y se deje honrar a los muertos.

Antonio Rodriguez dijo...

Estas son las consecuencias el talante de ZP. Pretender congraciarse con todos lleva a que no se haga justicia a los que la necesitan.
Pero apesar de todo poco a poco se etá devolviendo la dignidad a los represaliados del franquismos.
Salud, República y Socialismo.

Eastriver dijo...

Rafa, es emocionante esta historia, y tu redaccion la hace si cabe mas emocionante incluso. Sabia la frase de una de las 13 rosas, pero desconocia la historia que nos traes. Lo mejor: el hijo del guardia civil. Si, eso le honra e incluso honra la memoria de su padre. Eso une y sirve para enterrar, no lo que pretendieron. Por eso suscribo tu frase totalmente. Porque se hicieron mal muchas cosas y no hay proposito de enmienda. O al menos muy poca gente la tiene.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Está en nosotros y en quienes nos sigan, el que no se borren sus nombres, claro que sí.


Un abrazo.

Dilaida dijo...

Una entrada estupenda, tienes razón esa es la verdadera reconciliación.
Bicos

María a rayas dijo...

poco a poco (aunque muy poco a poco)
espero que sirva de ejemplo...

un abrazo!

RGAlmazán dijo...

Gracias a todos, pues precisamente con gente como vosotros conseguiremos mantener en el recuerdo a nuestra gente, la que cayó en ese golpe de Estado y en sus inmediatas consecuencias.

Besos y abrazos a repartir.

Salud y República