03 diciembre 2018

De luto: A Andalucía ha llegado la caspa


En el más puro lenguaje andaluz: ¡Vaya tela! Y no lo queríamos ver. Las elecciones andaluzas han conseguido tener acento europeo. Esa excepción que teníamos en España, ya se ha desquebrajado. ¡Somos europeos!

Y esto es sólo el principio. De no espabilar o de no conseguir cambiar el rumbo de la política, pueden venir más episodios que nos igualen a Austria, Hungría, Polonia o Italia. De momento ya estamos tocados por el mismo virus que Francia, Dinamarca, Holanda o Alemania. La ultraderecha ha acampado en el sur de España.

Aunque quizá lo más grave --siendo muy grave que un partido ultra, fascista, anticonstitucional, xenófobo, homófono, cutre y decimonónico haya conseguido entrar en el parlamento andaluz con doce diputados-- es que las derechas, tanto Ciudadanos como Partido Popular se han acercado tanto a su ideología para quererlo combatir, que se han visto inoculados por ese virus dañino.

No sé cuál puede ser la vacuna, pero sí sé que si no damos con ella podemos tener aquí, dentro de nada, otro país ejemplar donde el tal Santiago Abascal haga la competencia europea a los Salvini, Orbán, Strache, etc. de turno.

Los resultados de estas elecciones han sido demoledores. Desde los medios de comunicación a las empresas demoscópicas, nadie ha sido capaz de prever un resultado como el que ha obtenido Vox (doce diputados).

Hoy, el peligro no es una opción política. De ahora en adelante, está en peligro la democracia. Estamos en peligro todos. Si este partido fascista llega a tener poder real, pretende, dentro de sus intenciones, desmantelar nuestro sistema democrático.

Seguramente, todos los partidos tienen culpa. Desde luego, el PSOE que después de 40 años de gobierno andaluz, ha obtenido unos resultados diezmados que muy probablemente no le permitirán seguir gobernando. Entre otras cuestiones porque a su bajada impresionante (14 diputados) se añade que su posible socio, Adelante Andalucía, ha bajado también (3 diputados), con lo que la suma aritmética no alcanza el mínimo exigido.

Los casos de corrupción, el cansancio de muchos andaluces, la lucha de poder entre Díaz y Sánchez y otras cuestiones han acabado con el reinado de los socialistas andaluces. Mientras, Adelante Andalucía no ha sabido obtener ninguna rentabilidad de la bajada del PSOE y ha vuelta a obtener unos resultados inferiores a los de las últimas elecciones.

El Partido Popular, que hoy aparece como vencedor según sus fieles seguidores, ha sufrido otro varapalo importante, la bajada de siete diputados. Eso sí, gracias a la subida de Ciudadanos y a la aparición arrasadora de Vox, le puede permitir incluso presidir la Junta de Andalucía, aunque parece que Ciudadanos no se lo quiere poner nada fácil.

En fin, un dislate tremendo que supone un alto coste para nuestra democracia. Con un Vox desafiante y triunfador, y con Ciudadanos y Partido Popular queriendo competir ideológicamente con él, para llevarse sus votos. Hemos pasado de la Casta a la Caspa.

Nos espera un futuro incierto al que hay que hacer frente. Ni un paso atrás. Eso sí, alguien debería sacar conclusiones y comenzar a cambiar el paso. Las izquierdas no pueden quedarse viendo pasar el barco en llamas sin encontrar los extintores. Nuestra democracia está amenazada y, créanme, no sólo por Vox.

Salud y República

1 comentario:

Emilio Manuel dijo...

Nos ha ocurrido como a ese padre que le dice que si se acerca al fuego se va a quemar; el PSOE y la izquierda en general se ha acercado tanto a ese fuego (políticas y actitudes conservadores) que nos hemos quemado, y lo que más me jode, en el día de ayer manifestaciones en ciudades de Andalucía, entre ellas Granada, muy importantes en contra del avance de la ultraderecha, seguro, que coño seguro, segurísimo que en ellas había cientos de ciudadanos que no fueron ni a votar simplemente por querer castigar a esa izquierda, no nos han enseñado a pensar por nosotros mismos y nos acordamos de Santa Rita cuando llueve.